Por: Roberto Morejón
La temporada ciclónica que se inicia cada mes de junio obliga a los cubanos a entrenarse reiteradamente para reducir las posibles pérdidas humanas y materiales, pero este año además deben analizar el cuadro apremiante de la sequía.
En todo el país se realizó el pasado fin de semana el ejercicio Meteoro 2017 que, como cada año, contribuyó a alistar a las personas y a diseñar protecciones para la infraestructura del país.
El ensayo popular también ofreció alternativas de preparación ante accidentes extremos y epidemias, aunque las autoridades de la Defensa
Civil y el gobierno hicieron énfasis en la inminente temporada ciclónica y los déficits de lluvias.
Los expertos insistieron en la necesidad de NO confiarse, pues en la temporada venidera se vaticina la posible formación de 10 tormentas tropicales y seis huracanes.
Fue oportuno entonces promover la limpieza de desechos sólidos y la desobstrucción de canales y afluentes ante eventuales inundaciones, provocadas muchas veces por penetraciones del mar.
En las quince provincias y el Municipio Especial de Isla de la Juventud se ejecutaron diferentes acciones demostrativas enfocadas a reducir vulnerabilidades en comunidades de alto riesgo.
Llena de orgullo a los ciudadanos saber la disposición de los 10 mil miembros de la red Nacional de Radioaficionados, quienes mantienen enlaces vitales de comunicación desde zonas aisladas al paso de los ciclones.
Junto a los lógicos aprestos por la inminente época ciclónica los cubanos analizaron la continuidad de planes para responder al creciente déficit de lluvias.
Si bien en abril y lo que va de mayo ha llovido bastante en el archipiélago caribeño, persiste la aguda sequía acumulada desde 2014.
Varios embalses de agua, como los de las centrales provincias de Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Camagüey llegaron a un estado crítico, en reflejo de la situación general del país.
Los reservorios de la nación almacenan 38 por ciento de su capacidad y resulta imperativo para el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos trasladar agua hacia lugares con déficit y buscar nuevas fuentes de abasto.
En un país rodeado de mar se comienzan a instalar plantas desalinizadoras y ganan celeridad las faenas de cierres de salideros de conductoras, financiadas en parte con asistencia externa.
Escoltados por la proximidad del periodo ciclónico y la aguda carencia de precipitaciones fluviales, Cuba extrema las precauciones, preserva la vida humana, protege los bienes materiales y apela a la solidaridad interna.
Así lo hace porque prevalece un enfoque integral de la gestión de riesgos, incluyendo las fases de prevención, preparativos, respuesta y recuperación.
