Golpe al corazón energético estadounidense

Edited by Lorena Viñas Rodríguez
2017-08-30 11:03:43

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Foto:Archivo

El huracán Harvey, degradado ya a tormenta, impactó con fuerza en el estado norteamericano de Texas, considerado el corazón energético de ese país, y si bien el meteoro está ya en la vecina Luisiana las intensas lluvias siguen generando inundaciones en la ciudad de Houston como no se habían visto jamás en ese lugar.

Los expertos señalan que el punto más crítico de la situación podría ocurrir este miércoles o jueves, aunque ya los daños son enormes, tanto en su dimensión humana como económica.

De momento se cuentan 30 fallecidos en un balance inicial, alrededor de 30 mil personas fueron evacuadas, pero en total 450 mil, casi medio millón, necesitarán ayuda en los días venideros. No menos de un millón 250 mil hogares carecen de energía eléctrica y muchos demorarán un tiempo prolongado en recuperarla.

Una tercera parte de las refinerías de Estados Unidos están en Texas y Luisiana y la mayor parte, junto con las plataformas marítimas, están paralizadas, lo que afecta el 20 por ciento de las capacidades petroleras, con una caída en la producción de tres millones de barriles diarios.

Además, un cuarto de la producción total de gas natural está suspendida. El arranque de todo este complejo energético sólo se producirá después de una rigurosa inspección, lo que podría durar una decena de días.

En cuanto al transporte, los grandes puertos y aeropuertos funcionan a muy bajo nivel y unos mil 400 vuelos fueron suspendidos el pasado lunes en la ciudad de Houston.

Todas las miradas están puestas en la reacción del gobierno federal encabezado por el presidente Donald Trump y no pocos recuerdan el desastre ocasionado por el huracán Katrina en la ciudad de Nueva Orleáns en 2005, cuando el entonces jefe de Estado, George W. Bush, demoró en enviar ayuda lo que agudizó la tragedia que se saldó con mil 800 fallecidos.

Diversos analistas estiman que los daños causados por Harvey estarán entre los 30 mil y los 100 mil millones de dólares, aunque es temprano para hacer un balance pues hay que esperar a que las aguas bajen, pero lo cierto es que sólo una tercera parte de lo que se pierda está cubierto por los seguros.

El presidente Trump, impresionado por lo que conoció este martes en Texas afirmó que es algo nunca visto y, caso curioso, tiene toda la razón. Cada catástrofe que ocurre en este mundo adquiere dimensiones nuevas, desconocidas hasta ahora por una razón que él insiste en ignorar o minimizar, el inexorable cambio climático.

Sería, quizás, una excelente oportunidad para que sus asesores o las personas que tienen influencia en él, aprovechen para explicarle que fenómenos naturales, como intensos huracanes y tormentas, o graves y prolongados períodos de sequía, serán más frecuentes, en la medida en que la naturaleza reaccione ante las agresiones que la especie humana comete.

No es casualidad, ni fatalidad, es el precio que comenzamos a pagar por un modo irracional de producción y consumo, que rebasa la capacidad del planeta para soportarlo. Lo nunca visto, se verá cada vez con más frecuencia, señor Trump.(Fuente/Guillermo Alvarado)



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