Por: Roberto Morejón

La economía cubana creció modestamente en 2017 a pesar del difícil entorno internacional y limitaciones financieras internas y de combustible, por lo que resulta más estimulante ese desempeño.

El Producto interno Bruto ascendió 1,6 por ciento y si bien está por debajo de las necesidades, mostró un regreso a la senda del incremento.

Debe recordarse que la economía cubana concluyó 2016 con decrecimiento de 0,9 por ciento a causa de las limitaciones en suministros de combustibles y tiranteces financieras.

Se trata de dos dificultades que prosiguieron en 2017, a las que se sumaron la imposibilidad de ejecutar totalmente el programa inversionista y los graves daños por la sequía y el paso del huracán Irma.

Para tener una idea del golpe causado por el meteoro basta decir que las pérdidas materiales rebasaron el equivalente de 13 mil millones de dólares, con impacto significativo en las viviendas, escuelas, sembrados, viales y hoteles.

El gobierno aun eroga cuantiosos recursos para mitigar en lo posible los efectos del huracán, como ocurrió al enfrentar la parálisis de los servicios de agua y electricidad.

Otro factor que hizo más complejo el avance de la economía fue el recrudecimiento del bloqueo por la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, empeñado en cautivar a la extrema derecha de la emigración de origen cubano.

Ahora bien, contribuyeron al moderado crecimiento del Producto Interno Bruto la buena marcha de varias esferas productivas y servicios.

La industria alimentaria trató de dejar atrás su obsolescencia y alcanzó niveles de entregas en alza, al igual que ramas agrícolas como el tabaco, frijoles, hortalizas y tubérculos.

El turismo constituyó uno de los ejes del regreso de la economía a la senda del crecimiento al calcularse un alza de casi 12 por ciento, con el arribo de 4 millones 700 mil visitantes, los que pueden alojarse en un fondo hotelero renovado tras el paso del huracán.

Igualmente reportaron un paso satisfactorio la construcción y el transporte en comparación con desempeños anteriores.

Es cierto que las producciones y los servicios que marcaron pauta positiva aún están lejos de cubrir las necesidades de los consumidores, pero Cuba prospera discretamente en su dinámica de desarrollo, NO sin sobresaltos.

El gobierno cubano reafirmó su propósito de honrar las deudas contraídas y agradeció la comprensión de los acreedores de la situación afrontada por la economía en 2017.

Con ese compromiso entra Cuba en 2018, cuando la economía debe crecer cerca de dos por ciento, en medio de tensiones con las finanzas y el combustible, aunque con la garantía de preservar los recursos para las actividades principales de los ciudadanos.