Se añade otro capítulo de la trama de corrupción en Perú

Edited by Maite González Martínez
2018-03-02 07:28:21

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Imagen ilustrativa. (Foto/archivo/internet)

Por: Roberto Morejón

Nuevas acusaciones contra el presidente de Perú, varios de sus antecesores, la primera ministra y opositores por alegados delitos de corrupción profundizan la sórdida trama tejida en el país andino desde hace tiempo, imposible de concluir a pesar de los desmentidos de los inculpados.

El ex director de la compañía brasileña Odebrecht en Perú Jorge Barata aseguró a fiscales limeños que su empresa entregó 1,2 millones de dólares para la campaña de la opositora y ex candidata a la presidencia, Keiko Fujimori, entre otros aportes a diversos personajes.

El testimonio ahondó la sombra de sospecha por corrupción que recae sobre el Jefe de Estado, Pedro Pablo Kuczynski, la premier Mercedes Aráoz, y los ex primeros mandatarios Alejandro Toledo, prófugo, Alan García y el encarcelado Ollanta Humala.

Si bien los aludidos negaron los cargos, la fiscalía peruana inició investigaciones que complementarán otras en curso por los supuestos vínculos de la constructora brasileña con políticos para financiar sus carreras.

Debe recordarse que en diciembre pasado Kuczynski estuvo a punto de ser destituido por el Congreso por su presunta aceptación de sobornos de Odebrecht.

El Jefe de Estado se libró de la separación porque diez parlamentarios de la opositora Fuerza Popular desistieron de sumarse a la bancada que buscaba la salida del gobernante.

Curiosamente, la decena de legisladores estaba encabezada por Kenyi Fujimori, hermano de la ex candidata presidencial y titular de Fuerza Popular, Keiko Fujimori.

El gesto causó asombro, pero tuvo explicación. Aparentemente Kenyi desistió de pedir la sustitución de Kuczynski a cambio del indulto para su padre, el ex presidente de mano dura, Alberto Fujimori, hoy en libertad, NO tan debilitado como se dijo.

Kuczynski salió mal parado al firmar el indulto y además debe responder por acusaciones del organismo electoral por NO explicar el financiamiento de gastos de su campaña política en 2011.

Sobre su cabeza gravitan dos mociones de destitución y grupos políticos analizan continuar la recogida de firmas para forzar su salida.

A estas alturas de la lóbrega trama de financiamiento ilegal de los políticos peruanos NO son creíbles gestos de figurada honestidad como el de Kenyi Fujimori, quien renunció al partido Fuerza Popular porque, según dijo, perdió autoridad moral.

Tampoco son verosímiles los nerviosos desmentidos de funcionarios gubernamentales y opositores, muy desacreditados ante la opinión pública.

Para ripostar a sus acusadores, el inconsolable Kuczynski tiene poco tiempo porque su agenda está cubierta con sus conciliábulos para derrocar al gobierno constitucional de Venezuela.



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