Pacientes en larga espera por estampida médica en Puerto Rico

Edited by Lorena Viñas Rodríguez
2018-08-09 09:18:14

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Pacientes en larga espera por estampida médica en Puerto Rico. Foto:Trome.

Por:Roberto Morejón

La crisis no resuelta por el desastre causado por el huracán María a fines de 2017 y los bajos salarios en hospitales y otras dependencias, amenazan con colapsar los servicios de salud en la endeudada Puerto Rico.

Parecía que Borínquen sólo tenía como problemas más graves el acentuado endeudamiento público, de más de 70 mil millones de dólares, y la crisis socio-económica acarreada por el devastador ciclón.

El meteoro arruinó los sistemas de electricidad y agua y dejó a la mayoría de los puertorriqueños desamparados por la demora oficial en brindar prestaciones, además de provocar 4 mil 600 muertes, 70 veces más en comparación con las informadas por el gobernador.

Pero en Puerto Rico, donde el sistema eléctrico aún es inestable en zonas alejadas de las ciudades, también se agudizaron los antiguos problemas de un sistema de salud ahora castigado por el huracán.

Al igual que se marchan los policías, los médicos están en estampida, según admitió la prensa en San Juan, la capital, que dibuja un panorama desolador de un país que, según se afirma, goza de los beneficios de su condición colonial.

Ese estatus, oculto bajo el eufemismo del Estado Libre Asociado, no permite resolver la insuficiencia de médicos, pues se cuenta con más de 9 mil 500 para una población de 3,5 millones de habitantes, o sea, cinco por cada dos mil personas.

En los últimos diez años, 5 mil de esos profesionales dejaron de laborar por mudar sus prácticas hacia otros países, principalmente Estados Unidos, donde los salarios representan el doble de lo recibido en la nación caribeña.

La ola migratoria provocó largas sesiones de espera de pacientes en las consultas o para acceder al quirófano así como carencia de especialistas en medicina deportiva, cirugía de colon y recto, endocrinología, radiología pediátrica y genética.

Con alta prevalencia de cáncer y diabetes, resulta marcada en Puerto Rico la falta de profesionales calificados para atender el alto número de enfermos.

En tanto la crisis cobra dimensiones alarmantes, las aseguradoras encargadas de atender las demandas de aumentos de salarios de los médicos se atrincheran en discusiones, al parecer eternas, y los afectados optan por hacer sus maletas e ir al aeropuerto capitalino.

El gobierno federal estadounidense mira hacia otro lado tal y como hizo a raíz de la catástrofe por el último ciclón tropical, tras el cual el presidente Donald Trump hizo un tardío viaje relámpago a San Juan para lanzarle insólitamente rollos de papel sanitario a su auditorio.

La ola migratoria de los médicos se asocia a la de la mano de obra juvenil, harta por la carencia de oportunidades en la tristemente célebre Isla del Encanto.



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