Por: Roberto Morejón

Cuba es un referente mundial en atención primaria de salud y sus especialistas son reconocidos por su actualización de conocimientos y pericia, todo lo cual fue cuestionado arteramente por el presidente electo de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro.

El ex capitán del ejército puso en entredicho la calificación de los médicos cubanos, con labor abnegada en lugares abruptos y un desempeño evaluado de satisfactorio por los gobiernos federal, estaduales y municipales de Brasil y su población.

Con el argumento de que los cubanos no habían revalidado su título en Brasil, el hasta ahora legislador pretendió ignorar el rigor de la enseñanza en las escuelas de Medicina del país antillano.

Los jóvenes en esos planteles se adiestran a partir de un programa actualizado con los recursos pedagógicos convenientes y las novedades en boga en el mundo.

Los cursos de seis años de los jóvenes aspirantes a titularse como médicos son exigentes, reclaman motivación, sacrificio y estudio diario.

Los profesores demandan de sus discípulos demostraciones fehacientes de sus conocimientos tanto en los exámenes escritos u orales así como en las prestaciones en policlínicos y hospitales.

En efecto, para los cubanos es común hallar junto a ellos en un hospital, cuando están enfermos, a un equipo de especialistas acompañados de los estudiantes a partir del tercer año de la escuela.

Cuando se titulan como médicos acceden a las especialidades, investigaciones y cursos nacionales e internacionales, programas de maestría y doctorados.

Los egresados tienen idéntica instrucción de calidad porque las potencialidades para formarlos están abiertas en cualquier facultad de Medicina del país.

Los procedimientos teóricos y prácticos han sido aplicados exitosamente en el mundo, porque  colaboradores cubanos cumplieron 600 mil misiones internacionalistas en 164 naciones en los últimos 55 años.

Más de 400 mil trabajadores de la salud participantes en esas tareas con derroche de humanismo se entrenaron allí en atender patologías inexistentes en Cuba, aunque ellos las conocían por la literatura.

Además, en Cuba se han formado más de 45 mil médicos de 115 países y no pocos de ellos pasaron a desempeñar tareas de alta responsabilidad en instituciones públicas de su tierra natal. A ellos se les transmitió un principio infalible de la atención de salud en Cuba.

Un médico se forma para estudiar los síntomas del paciente y valorar el medio donde vive, además de prepararse para curar y, sobre todo, prevenir enfermedades.

Resulta mezquino cuestionar el saber de los colaboradores de la salud. Detrás de las falacias y la desinformación prevalece la intención de atacar a la Revolución Cubana.