Por: Guillermo Alvarado

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, volvió a reclamar ante el Congreso de ese país la aprobación de fondos multimillonarios para la construcción del polémico muro en toda la frontera con México y contener, según él, las oleadas de migrantes originadas en Centroamérica, así como frenar el tráfico de drogas.

La Casa Blanca exige que los legisladores autoricen una partida de ocho mil 600 millones de dólares para levantar parte de ese ese cerco, cuyo costo total se estima en 25 mil millones, y propone que parte de ese gasto salga de un recorte a las ayudas para el exterior, así como de algunos programas prioritarios, como los bonos para alimentos de personas necesitadas.

El gobernante también sugiere que para el próximo Presupuesto Federal, que debe ser aprobado antes del comienzo del año fiscal, el 1 de octubre, se practique un ajuste del 31 por ciento al Programa de Protección Ambiental.

Por otro lado, a la vez que pide la partida para su muro, plantea la necesidad de incrementar los gastos militares en un cuatro por ciento.

Los legisladores del partido Demócrata, que controlan la Cámara Baja, advirtieron que no están dispuestos a aceptar este proyecto y sugirieron cambiarlo para no provocar una nueva paralización del gobierno.

Este año la situación es bastante más delicada, pues el 1 de octubre se vence el plazo para ampliar el techo de la deuda pública y de no existir para entonces un nuevo presupuesto federal, Estados Unidos, la principal potencia del mundo, quedaría en una situación de impagos, lo que afectaría a la economía global.

La deuda y el déficit fiscal son los principales talones de Aquiles de este gobierno. La primera ronda los 22 billones de dólares, y el segundo rompió su récord histórico al llegar a los 900 mil millones de dólares en 2019.

No obstante, y a pesar de la complejidad por la que atraviesa el país, el presidente insiste, una y otra vez en la construcción de un muro a todas luces innecesario, así como en aplicar políticas antiinmigrantes, como la llamada “tolerancia cero” que violan los derechos humanos al separar a las familias detenidas en la frontera.

En lugar de eso, lo aconsejable sería apoyar una iniciativa mexicana que proyecta generar desarrollo en el llamado Triángulo Norte Centroamericano, Honduras, El Salvador y Guatemala, como la mejor vía para detener la migración masiva hacia Estados Unidos.

Es la salida más inteligente, pero este atributo anda muy escaso por estos días en la Casa Blanca.