Gana espacio ofensiva anti-iraní de Estados Unidos

Edited by Lorena Viñas Rodríguez
2019-04-11 07:38:14

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Foto: Archivo.

Por: Roberto Morejón

La administración estadounidense aumentó las tensiones con Irán al incluir en su arbitraria y unilateral lista de terroristas en el mundo a los Guardianes de la Revolución del país persa, una institución de amplio reconocimiento local.

Con el gastado argumento de que los Guardianes de la Revolución financian y promueven el terrorismo como herramienta política, el gobierno del presidente Donald Trump sembró un nuevo diferendo con Teherán.

El magnate inmobiliario y sus colaboradores incendiarios apelaron a las sanciones o a las amenazas de aplicarlas a bancos extranjeros, si no cortan lazos con los Guardianes de la Revolución.

Irán respondió enérgicamente a una decisión del país norteño que por primera vez declara como terrorista a una entidad militar integrante de un gobierno extranjero.

Teherán calificó de la misma manera a las fuerzas estadounidenses desplegadas profusamente en el Medio Oriente y Asia Occidental.

No por casualidad, el Pentágono advirtió a Trump sobre la peligrosidad de la decisión sobre los Guardianes.

Según la visión del Departamento norteamericano de Defensa, las tropas estadounidenses podrían ser objeto de acciones de repudio.

En opinión del presidente iraní, Hasan Rohani, Estados Unidos es el verdadero líder del terrorismo mundial, en evocación de sus múltiples invasiones en el planeta.

El líder persa preguntó atinadamente quiénes son los estadounidenses para colocar la etiqueta de terroristas a instituciones revolucionarias.

Sin dudas, Washington carece de amparo legal para hacerlo, aunque insiste en presentar sus llamadas listas de países que, en su retorcida visión, patrocinan el terrorismo.

Es el caso de los Guardianes de la Revolución, una entidad surgida después del triunfo de la Revolución Islámica de 1979, con gran influencia política y económica en Irán.

Según se afirma, esa colectividad envió en los últimos años asesores militares a Siria, en respuesta al respaldo de Estados Unidos y monarquías árabes a grupos subversivos, en su ofensiva criminal contra el presidente Bashar Al Assad.

En las filas de la administración Trump no perdonan el rumbo tomado por la guerra en Siria, porque con el apoyo de Irán y Rusia, Damasco derrotó a los terroristas.

Para los Trump, Pompeo, Bolton y Pence también resultan inadmisibles los avances de Irán en la economía y la búsqueda de otros aliados.

Ahora queda a Irán vencer más desafíos, pero tienen la certeza de contrarrestar la hostilidad estadounidense contra los Guardianes de la Revolución, como lo hacen para sortear las sanciones de Trump después de retirar a su país del acuerdo nuclear suscrito en 2015.



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