Congreso de sindicatos cubanos habla con transparencia

Edited by Lorena Viñas Rodríguez
2019-04-22 07:52:01

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Foto: Archivo.

Por: Roberto Morejón

El vigésimo primer Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba sesiona en La Habana como una gran tribuna donde discuten asuntos de la economía, la sociedad y el movimiento obrero, en circunstancias difíciles para el país.

Las intervenciones directas y el llamado a cada problema por su nombre distinguen la cita de los asalariados.

Los trabajadores de la mayor isla de las Antillas saben de la obsesiva cruzada de la administración estadounidense a fin de ahogar financieramente a la economía.

Al restablecer el título III de la Ley Helms Burton que permite la presentación en cortes estadounidenses de reclamaciones sobre propiedades nacionalizadas en Cuba, la Casa Blanca pasó a una etapa más peligrosa de la confrontación.

Suma a ello la febril persecución a las transacciones financieras e inversiones extranjeras en el archipiélago caribeño, de ahí el imperativo de una respuesta más concentrada, rápida y directa de la economía cubana.

De eso se trata, entre otros asuntos, en el congreso de los sindicatos cubanos, cuyos casi mil 200 delegados escucharon con interés anuncios sobre próximas medidas gubernamentales.

Entra ellas sobresale la implantación de 22 procedimientos para un mayor despegue de la empresa estatal socialista, el núcleo central de la economía, y el consiguiente encadenamiento productivo.

Además de destacar ante los obreros el énfasis inmediato en potenciar el desarrollo local como base de las exportaciones, directivos recalcaron que con las regulaciones previstas pudieran crearse soportes para aumentar salarios por resultados productivos.

El incremento de esos pagos y del poder adquisitivo de la moneda constituyó la demanda sindical más reiterada en asambleas de base.

Sin embargo, a los trabajadores les resulta comprensible la situación delicada del país y su efecto negativo en el margen de maniobra para atender reclamos como el de la esperada unificación monetaria y cambiaria.

Como señalara el ministro Alejandro Gil, la economía doméstica sufre restricciones propiciadas por deudas contraídas con los acreedores y crecen las limitaciones objetivas asociadas al boicot de Estados Unidos.

En ese contexto, el gobierno solicita a los trabajadores apoyo para el robustecimiento de la industria nacional y producir localmente todo lo factible.

El congreso sindical cubano abordó hasta ahora la coyuntura económica nacional, tomó nota de las demandas laborales y abundó sobre pasos del país para incentivar la producción y la eficiencia.

En ese clima transparente descolló la expresión por segunda vez en pocas semanas del ministro Alejandro Gil acerca de que a pesar de las dificultades el crecimiento de la economía cubana es posible.



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