Por: María Josefina Arce

En un mundo donde cerca de la mitad de los niños con discapacidad no va a la escuela a causa de prejuicios, estigma o falta de accesibilidad, destaca la grandeza de la revolución cubana que ha puesto su sensibilidad y humanismo al servicio de los pequeños y jóvenes que tienen alguna impedimenta física o mental.

A pesar de las limitaciones que durante décadas ha ocasionado el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos, las autoridades cubanas no han descuidado ni por un solo momento la atención a estos menores ya sea en la esfera educativa o de salud.

Surgida en fecha tan temprana del triunfo revolucionario como enero de 1962, la enseñanza especial cuenta hoy con más de 300 centros para la atención de 34 MIL estudiantes en la Mayor de las Antillas.

Precisamente en los últimos días fue inaugurada en la oriental Santiago de Cuba la escuela para niños con discapacidades físico-motoras Amistad Cuba-Vietnam, que cuenta con óptimas condiciones para el tratamiento de las diversas limitaciones que aquejan a los estudiantes y para el aprovechamiento y desarrollo de sus capacidades intelectuales.

La escuela posee diez aulas, laboratorios, una sala de computación, tres áreas de juego, atención a la salud las 24 horas del día en consultorio médico, enfermería y salas de observación, así como de estomatología, salas de electroterapia y magnoterapia y el gimnasio.

Ubicada en el poblado de Boniato en la periferia norte de la urbe, cuenta con una capacidad para 120 alumnos y tiene actualmente 78.

Este centro se suma al de Santa Clara, en la zona central, y a los de Camaguey, Ciego de Avila, Santi Spíritus y Cienfuegos.

Se cumple así el sueño del líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, de contar en cada región del país con una instalación de las mismas características de la escuela Solidaridad con Panamá, en La Habana., inaugurada en 1989.

La educación especial en Cuba también cuenta con maestros ambulantes, vinculados a niños cuadriplégicos, a quienes llega en sus casas u hospitales los conocimientos necesarios.

Cuba ha sido reconocida en reiteradas ocasiones por su constante labor en esta esfera. De hecho en 2014 la Asociación Mundial de la Educación Especial confirió el premio Mundo de Esperanza al Ministerio de Educación de Cuba , con motivo de la labor que este organismo ha desplegado durante más de 50 años en favor de los menores con discapacidad.

Para la revolución cubana ha sido siempre prioridad garantizar la inclusión y la igualdad de estos niños y jóvenes, muchos de los cuales ya son adultos, se encuentran insertados en el mundo laboral, y tienen una familia formada.

Y es que como afirmara el trovador Silvio Rodríguez en una de sus tantas emblemáticas canciones no hacen falta alas para hacer un sueño, ni para ser más bellos, ni para alzar el vuelo, basta con el empeño y el buen sentido del amor inmenso.