Economía argentina, laberinto sin salida

Edited by Maite González Martínez
2019-05-09 10:32:17

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Imagen ilustrativa. (Foto/archivo/Clarin)

Por: Guillermo Alvarado

Una misión del Fondo Monetario Internacional, FMI, arribó a Argentina con el propósito de revisar la marcha del programa económico del presidente Mauricio Macri y, de ser necesario, imponer nuevos ajustes que afectarán a una población que ya está con el agua al cuello.

La inspección a las cuentas argentinas tiene como único propósito determinar si puede, o no, pagar el préstamo de 56 mil 300 millones de dólares que el FMI le hizo el año pasado y que está siendo entregado en cuotas.

Ese crédito, del tipo “stand by”, el más riguroso que ofrece la entidad, permitió mantener a flote un tiempo al gobierno de Macri, pero no resolvió los problemas de fondo en una economía en crisis, cuyos principales indicadores están en rojo.

La tasa de inflación acumulada en 12 meses está en 54,7 por ciento; la moneda nacional, el peso, perdió 50,5 puntos en 2018 y en lo que va de este año ya cayó otro 15 por ciento.

El incremento constante de los precios, así como el crecimiento del desempleo por las políticas de ajuste neoliberal provocaron que la pobreza afecte ya al 32 por ciento de la población y el descontento se hace sentir en las calles, donde las protestas contra el rumbo de la actual administración son casi cotidianas.

La producción industrial volvió a contraerse en el primer trimestre de 2019, por lo que el país se mantiene sumido en la recesión.

Todo esto ha provocado la huida de los capitales foráneos, que llegaron con entusiasmo cuando Macri tomó el poder, pero tres años después perdieron la confianza y ahora buscan lugares más seguros para instalarse.

Entre más inversionistas salgan, peor va a funcionar la economía, por lo que la crisis se vuelve un círculo vicioso y para romperlo hace falta una buena sacudida, sea por la movilización social como ocurrió a principios de centuria contra Fernando de la Rúa, o, como muchos esperan, por un desastre electoral para la derecha en los comicios generales de octubre.

El problema es quién puede sustituir al actual gobernante, que es el favorito de los mercados financieros. Una figura con muchas posibilidades es la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, pero contra ella el Estado va a lanzar toda su maquinaria mediática y judicial con el propósito de impedir su eventual candidatura.

Quienquiera que gane recibirá un país destrozado, que debe enfrentar en el corto plazo obligaciones de deuda por casi 20 mil millones de dólares, o caer en una situación de impagos que sería el último acto del desastre.

Esto es lo que encontrarán los inspectores del FMI, si es que quieren ver la realidad tan cruda como es, sin intentar maquillarla para, quizás, favorecer las intenciones reelectorales de Macri. Ya veremos.



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