Por: Guillermo Alvarado

La preocupación subió de tono entre las autoridades sanitarias internacionales y el gobierno de la República Democrática del Congo, RDC, tras confirmarse el primer caso de ébola en la populosa ciudad de Goma, que cuenta con unos dos millones de habitantes.

El paciente es un religioso que estuvo de visita en la localidad de Butembo, uno de los sitios de mayor propagación del mortal virus, ubicado a 300 kilómetros de distancia.

Hasta el momento se afirma que todas las personas que viajaban en el mismo autobús ya fueron identificadas y se inició un tratamiento profiláctico, pero debido a la elevada tasa de contagio de la enfermedad todos los temores son justificados.

El virus del ébola fue descubierto precisamente en la RDC en los márgenes del río del mismo nombre y paulatinamente se ha difundido a varios países de ese continente.

Una de las peores epidemias ocurrió en 2014 en tres países del África occidental, Liberia, Guinea Conakri y Sierra Leona, donde fallecieron más de 11 mil personas y fue necesaria una acción internacional para ponerle fin, en la que se destacó la labor de un contingente médico cubano de la Brigada Henry Reeve, que acudió a tratar directamente a los enfermos, aún a riesgo de sus vidas.

El actual brote fue declarado en agosto de 2018 en las provincias de Kivu del Norte e Ituri, cercanas a la frontera con Ruanda. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, OMS, hasta ahora se han registrado dos mil 489 contagios y murieron mil 665 personas, lo que significa una elevada tasa de letalidad.

Según el director general de la OMS, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, el caso detectado en Goma puede representar un punto de inflexión de la epidemia por lo que llamó a la comunidad internacional a brindar apoyo para enfrentarla.

Uno de los principales problemas que enfrentan los miles de trabajadores de la salud en el combate al virus es la desconfianza de la población hacia las autoridades, así como algunos patrones culturales difíciles de romper.

Pero, si la amenaza del ébola es grande, no significa el único problema que tiene que enfrentar la República Democrática del Congo, donde existen otras epidemias que están resultando tan, o más mortales que el virus.

El sarampión ha matado en lo que va de 2019 a más de dos mil niños en todo el país, más de lo que ha hecho el ébola, y la malaria, principal causa de muerte en la nación, provoca al menos 50 mil fallecidos cada año.

Como telón de fondo de esta tragedia se encuentran la pobreza extrema, la inestabilidad política, la inseguridad y la fragilidad del sistema de salud, males que ya sabemos de dónde vienen: la herencia colonial europea y la voracidad del capitalismo.