Por: Roberto Morejón

Miles de cubano americanos con boleto para viajar a diversas provincias de la mayor de las Antillas en itinerarios charter después de marzo, viven en el desconcierto por la suspensión de esas prestaciones, ordenadas por el presidente Donald Trump.

Tal y como antes cortó los vuelos de líneas comerciales a los aeropuertos cubanos con la excepción de La Habana, ahora el magnate republicano instruyó lo mismo con las compañías organizadoras de traslados charter.

O sea, los cubano americanos sufrirán por la congestión y el gasto adicional para moverse desde la capital de la nación antillana hasta otras provincias.

Los parientes a uno y otro lado del mar son castigados cruelmente por el beligerante equipo instalado en la Casa Blanca.

La prensa de Miami, tan agresiva con la Revolución Cubana, admitió resquicios por donde se filtró el rechazo a los impedimentos de Trump al hábito de las familias de encontrarse periódicamente.

Un medio local recogió la declaración de una ciudadana afectada porque tiene a su madre con un padecimiento oncológico en una provincia del centro del archipiélago caribeño.

La mujer perjudicada viaja periódicamente a asistir a la enferma y en lo adelante le resultará más complicado.

Más de 552 mil cubanos residentes en Estados Unidos se trasladaron al país donde nacieron en 2019 para compartir con sus parientes.

De acuerdo con la deformada óptica de los asesores de Trump y del propio gobernante, esos viajes por avión sobresalen porque proporcionan divisas al que llaman “régimen” cubano.

Nada les interesa del contacto filial entre los antillanos, pues su objetivo es asfixiar a los residentes en la nación caribeña.

Para lograrlo, Washington redujo sus diplomáticos en la embajada en La Habana, impidió la solicitud de visas allí, puso fin a los movimientos de cruceros y castigó a más estadounidenses deseosos de conocer la realidad del país vecino.

También Estados Unidos entorpeció a aerolíneas estatales cubanas el arrendamiento de aviones y las obligó a suspender vuelos a naciones de la región, para crear más estorbos al tráfico aéreo.

En septiembre pasado, el gobierno estadounidense limitó a mil dólares por trimestre la cantidad que los cubanos residentes en su territorio pueden enviar a sus familiares a través de remesas.

Por el camino de las penalizaciones y acosos, la administración Trump le hace la vida más engorrosa a los cubanos de aquí y afecta asimismo a los que residen en la nación del Norte.

Con razón muchas voces en la comunidad cubana en Estados Unidos calificaron de inhumanas las penalizaciones, pues -dijeron- no les interesa la política sino compartir con sus parientes.