Por: Roberto Morejón
Como Estados soberanos, Cuba y Venezuela deberían desarrollar su cooperación sin interferencia exterior, pero NO ocurre así a causa de las recrudecidas sanciones de la administración de Donald Trump a ambas naciones.
Los gobiernos de Cuba y Venezuela trazaron su plan de colaboración para 2020 y reafirmaron su amplitud de esferas.
Así será a pesar de las limitaciones materiales y financieras ocasionadas por el cerco de Estados Unidos.
Desde el año 2000 y por iniciativa de los líderes respectivos Fidel Castro y Hugo Chávez rige un Convenio Integral de Cooperación, cuyos pilares son la hermandad, complementación y asistencia mutua.
El acuerdo fue llevado a la práctica en medio de circunstancias cada vez más difíciles por los apremios de Washington, esencialmente a la industria petrolera venezolana para cercenar su fuente principal de ingresos.
NO pocos obstáculos deben sortear cubanos y venezolanos para concretar el intercambio de hidrocarburo por servicios, una alternativa lícita torpedeada febrilmente por los inquilinos de la Casa Blanca.
Ya se sabe que los cubanos tuvieron que implantar un severo programa de ahorro energético en septiembre último, por la persecución ilegal a embarcaciones que surtirían de combustible venezolano a la mayor de las Antillas.
A pesar de ese y otros ataques, los gobiernos de Cuba y Venezuela acordaron para 2020 una estrategia de trabajo en áreas sensibles con el objetivo de beneficiar a los pueblos respectivos.
Los intercambios descansan totalmente en la rama civil, NO hay espacio para la militarización y a que uno de los gobiernos intervenga en los asuntos internos del otro, como tozudamente alegan los allegados a Trump.
El carácter civil también prevaleció en los últimos 19 años de intensas relaciones, con casi mil 400 acuerdos en deporte, cultura, energía, telecomunicaciones, economía, agricultura y salud .
En ese último indicador sobresale la ayuda cubana en la formación de 26 mil médicos venezolanos.
También destaca que más de 250 mil cubanos han trabajado en Venezuela en la aplicación de los programas.
Como señalaron recientemente altos dirigentes de Cuba y Venezuela, la cooperación entre las partes constituye un modelo para el mundo, dado su signo internacionalista.
Resulta injurioso que ambos gobiernos tengan que concertar sus vínculos en medio del asedio desesperado de Estados Unidos, impotente al NO poder asfixiar los proyectos de justicia social en las naciones venezolana y cubana.
Cuba NO enviará instrumentos de represión hacia Caracas, como suelen decir los medios al servicio de Washington, sino médicos y pedagogos, pues Venezuela cuenta con ello en 2020 para impulsar necesarias misiones sociales de salud y educación.