La herencia envenenada

Edited by María Candela
2020-02-20 16:17:23

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Por: Guillermo Alvarado

Una investigación realizada por expertos bajo la dirección de la Organización Mundial de la Salud, OMS, el Fondo de la ONU para la Infancia, Unicef, y la revista The Lancet, advierte que la mayoría de los países no hacen lo suficiente para garantizar un mundo más sano y limpio a los niños y jóvenes.

Las conclusiones del trabajo, presentadas la víspera, señalan que a pesar de los esfuerzos por mejorar la salud de infantes y adolescentes en los últimos 20 años, estos avances podrían estancarse y retroceder, no sólo en las naciones pobres sino que incluso en las más desarrolladas.

Esto se debe a un factor que no ha sido tomado en cuenta con la suficiente seriedad, el cambio climático derivado de la irresponsable emisión de gases contaminantes a la atmósfera, la disminución de los bosques y la ampliación de las fronteras agrícolas y urbanas.

Señala el reporte que hace falta repensar el bienestar del niño más allá de los parámetros clásicos de mortalidad materno infantil, acceso a los servicios de salud, alimentación, educación, higiene básica y protección contra el maltrato y violencia.

Los expertos insisten en las graves consecuencias del calentamiento global sobre aquellos que heredarán un planeta cada vez más hostil, con fenómenos extremos de lluvia y sequía, escasez de alimentos y proliferación de enfermedades como la malaria y el dengue, que provocan epidemias cada vez más más mortales y difíciles de combatir.

El caso es que hasta ahora no existe una clara voluntad de luchar contra estos problemas, a pesar de que las evidencias del desastre anunciado están a la vista de todos, como los graves incendios en Brasil o las tormentas que han afectado a Europa en las últimas semanas.

Fue en 2015 que se firmaron los Acuerdos de París sobre cambio climático, cuyo contenido debe ponerse en práctica en diciembre de 2020.

A pocos meses de ese límite, sin embargo, falta mucho por hacer y ese pacto quedó debilitado después que Estados Unidos, uno de los principales emisores de dióxido de carbono a la atmósfera, se retiró.

La investigación dirigida por la OMS y Unicef, cuyos extractos fueron publicados por el diario francés Le Figaro, indica otro grave riesgo para niños y jóvenes, como es el exceso de publicidad comercial, que bombardea con mensajes consumistas a las nuevas generaciones.

Solo en Estados Unidos hay infantes que miran como promedio 30 mil anuncios comerciales al año, incitándoles al consumo de comida chatarra y otros malos hábitos de alimentación, incluso al uso de tabaco y alcohol. No es casual que entre 1975 y 2016 el número de menores obesos saltó de 11 millones a 124 millones.

Todas estas informaciones son oportunas para recordar que buena parte de la humanidad somos padres o abuelos y esperamos por lo tanto que nuestros hijos y nietos puedan vivir en un mundo mejor desde todos los puntos de vista.

La herencia que les estamos dejando, sin embargo, es un legado maldito, envenenado y poco viable para que en el florezcan la vida y la felicidad. 



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