Por: Roberto Morejón
En uno de sus acostumbrados malabarismos políticos, un acalorado presidente estadounidense, Donald Trump, trató de hacerle creer al mundo que el narcotráfico tiene un punto culminante en Venezuela, cuando en realidad los ojos de los expertos se dirigen a Colombia.
Durante su larga presencia militar en Colombia, los militares estadounidenses desplegados en siete bases hicieron muy poco para atenuar el papel de esa nación sudamericana como productora líder de alucinógenos.
La Oficina para el Control de Drogas de Estados Unidos afirmó que el cultivo de coca en Colombia en 2019 llegó a 212 mil hectáreas, por encima de las 208 mil un año atrás.
De acuerdo con Sergio Guzmán, director de la consultora de riesgo Colombia Risk Análisis, NO es fácil que en otras naciones se replique la capacidad ya instalada allí para el procesamiento y tráfico del estupefaciente.
O sea, en Colombia abunda la materia prima, el personal adiestrado y la infraestructura para elaborar los narcóticos que ávidamente consume, entre otros, Estados Unidos, el principal mercado del planeta.
Si la propia DEA, Agencia Antidrogas de Estados Unidos, admite que la ruta de la cocaína colombiana en gran medida utiliza el Océano Pacífico hacia el mercado de la potencia del Norte, entonces cabe preguntarse por qué Trump enfila sus dardos contra Venezuela.
Estamos en presencia de una nueva maniobra transgresora de la verdad para calzar los planes desestabilizadores de Washington contra Caracas.
NO por casualidad, la Casa Blanca informó sobre un aparatoso despliegue del Comando Sur contra el narcotráfico en el Caribe, cuyo punto de mira -----y así lo admitió---- es Venezuela.
Vergonzosamente, las autoridades de Colombia aplaudieron la “iniciativa” militar estadounidense, como si la situación para el gobierno del presidente Iván Duque marchara color de rosas.
La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos manifestó preocupación por el asesinato en Colombia de 107 líderes sociales en 2019.
Los colombianos esperan que su gobierno aplaque el alza de la violencia y la propagación de la pandemia por el nuevo coronavirus, pues los contagiados llegaron a casi mil 270, con 25 víctimas mortales.
Colombianos en regiones rurales dicen carecer de recursos suficientes para enfrentar la amenaza del nuevo coronavirus.
El gobierno colombiano finge NO percatarse de la crisis, mira hacia Washington y aprueba de forma exaltada las truculencias de Trump, incluyendo sus deslices geográficos.