Por Maria Josefina Arce

La alarma se ha encendido entre los indígenas de Colombia. La COVID 19 parece haber llegado a esas comunidades, donde varios de sus miembros reportan síntomas parecidos a los que provoca la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, que sigue con su paso implacable por las Américas.

La ONIC, Organización Nacional Indígena de Colombia, alertó que en el departamento del Chocó, en el oeste de la nación, han muerto en los últimos días varias personas, entre ellas dos bebés, y decenas más presentan tos seca, fiebre y dolor en el cuerpo.

La situación es bien compleja. Hasta el momento los pobladores de la zona no han recibido asistencia del gobierno del presidente Ivan Duque y los centros de salud se encuentran a 75 kilómetros por vía fluvial, lo que pone en peligro la vida de los indígenas, que ya en un pasado han sido víctimas de enfermedades traídas por personas ajenas a su entorno.

Pero a estos pueblos vulnerables y empobrecidos, que representan el 4,4 por ciento de la población, no llegan los recursos destinados por el gobierno para enfrentar la  pandemia, a pesar de ser de su conocimiento la difícil situación que enfrentan.

Desde el pasado mes de marzo se ha solicitado a las autoridades una brigada de salud que no ha llegado y el panorama sigue complicándose para los indígenas, que además sufren  la presencia en Chocó y otras regiones del país sudamericano de grupos paramilitares que luchan por el control del territorio.

La Organización Nacional Indígena de Colombia ha denunciado que más de 521 MIL familias de los 115 pueblos nómadas, seminómadas, sedentarios y urbanos están en  riesgo porque el gobierno que preside Duque no ha aplicado medidas eficientes para atender la emergencia, a lo que se suma la pobreza en que muchos viven.

De hecho entre sus peticiones está que se realicen pruebas para la COVID 19 y de esa forma ir  a la contención de la enfermedad, que los amenaza con mayor fuerzas por las  pésimas condiciones en que habitan y su gran vulnerabilidad a las dolencias respiratorias.

Ante el abandono, la ONIC ha puesto en marcha una estrategia para evitar la propagación de la pandemia. Médicos tradicionales, la guardia indígena y estructuras del Movimiento Alternativo Indígena y Social buscan incentivar el uso de su medicina tradicional y continuar gestionando con las autoridades alimentos y agua potable.

A lo largo de la historia  los pueblos indígenas han sido altamente vulnerables a las epidemias, y esta no es la excepción. Poseedores de milenarias culturas, costumbres y conocimientos han sido tradicionalmente olvidados, discriminados y desplazados de las tierras que por derecho les pertenecen.