Por Maria Josefina Arce
La política antiinmigrante del gobierno norteamericano acaba de sufrir un duro revés, al poner freno la Corte Suprema de Estados Unidos a los intentos del presidente Donald Trump de eliminar el programa DACA, Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, que beneficia a unos 700 mil jóvenes indocumentados.
De arbitraria y caprichosa calificó el máximo órgano judicial la decisión de la administración Trump de poner fin a la iniciativa que protege de la deportación a esos jóvenes conocidos como dreamers y que ingresaron a territorio estadounidense siendo niños.
Implementada en 2012 bajo el mandato de Barack Obama este programa genera una serie de beneficios para estas personas, cuyas edades oscilan entre 21 y 30 años, como una autorización renovable para permanecer en el país y obtener un permiso de trabajo, aunque no les concede la ciudadanía.
Los llamados soñadores son hoy una parte importante de la sociedad de Estados Unidos, una nación de inmigrantes. De acuerdo con los medios de prensa e investigaciones hacen un significativo aporte a la economía norteamericana de cientos de miles de millones de dólares.
Estos jóvenes pagan al año cinco MIL 600 millones de dólares en concepto de impuestos federales, mientras que aportan 42 mil millones al Producto Interno Bruto de Estados Unidos. Pero lo más importante es que 27 MIL de ellos laboran en el sistema de salud y han estado al frente de la batalla contra la COVID 19.
Pero desde que llegó a la Casa Blanca e incluso durante su campaña electoral, Trump prometió dejar sin efecto el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, como parte de su política xenófoba.
No se puede olvidar que el inquilino de la Oficina Oval llamó delincuentes y violadores a los inmigrantes mexicanos, calificó a El Salvador y Haiti como países de basura, por decirlo de forma menos vulgar, y promueve la construcción de un muro en la frontera con México.
Por demás bajo su administración han aumentado las redadas contra extranjeros sin acusaciones penales en las distintas ciudades estadounidenses, separado familias y detenido a menores de edad.
Trump ha llevado a cabo una política de tolerancia cero en materia migratoria que ha exacerbado la proliferación de grupos racistas que defienden la supremacía blanca. Y aunque ahora la Corte Suprema lo ha parado, lo cierto es que ha manifestado su intención de continuar buscando el fin de DACA.
