Por: Guillermo Alvarado
El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó hace pocas horas su informe denominado Perspectivas de la Economía Mundial, donde dibuja un sombrío horizonte a escala global como consecuencia de la pandemia de covid-19 que está causando una profunda recesión en países ricos y pobres.
La entidad anunció que el retroceso en el Producto Interno Bruto (PIB) a nivel mundial será de 4,9 por ciento, mucho más grave que las estimaciones ofrecidas en el mes de abril.
De acuerdo con la economista en jefe del FMI, Gita Gopinath, esto representa en términos reales una pérdida mundial de 12 billones de dólares entre 2020 y 2021, algo que no tiene precedentes en la historia y augura una lenta y complicada recuperación.
En las principales potencias económicas, golpeadas con dureza por la enfermedad, los retrocesos serán significativos, como ocurrirá en Estados Unidos con una baja del 8 por ciento; Alemania con 7,8; Francia, 12,5 y Reino Unido que sufrirá una caída de 10,2 puntos.
El informe es un duro golpe a las ambiciones del presidente Donald Trump de mantenerse en el cargo, quien parece apostar a una rápida, casi milagrosa, recuperación antes de noviembre, lo que es una quimera.
Para América Latina y El Caribe, que todavía están en la etapa ascendente de la curva de contagios, el panorama es demoledor pues se anticipa una baja del PIB global de 9,4 puntos, casi el doble que el estimado mundial.
Se espera que este viernes se darán los detalles para la región, pero ya se advierte que las economías más dañadas serán las de Brasil, México y Argentina, precisamente las más pujantes del área.
Un problema serio es el incremento de la deuda pública pues muchos países con escasos recursos para enfrentar por sí mismos la pandemia, recurrieron a contratar créditos en condiciones onerosas para paliar la crisis.
A ello se agrega la pérdida masiva de empleos, que puede liquidar los avances alcanzados desde 1990 en la lucha contra la pobreza.
Muchas empresas ya cerraron sus actividades por la paralización de la economía, y otras marchan inevitablemente a la bancarrota, una consecuencia de las medidas adoptadas para cortar la cadena de contagios.
Si bien algunos expertos aseguran que el año próximo habrá un repunte de la economía, la verdad es que resulta aventurado hacer ese pronóstico cuando aún se desconoce cuál será el daño total causado en la región por la pandemia.
Lo que sí resulta seguro es que una segunda ola mundial de contagios será mucho más cara en términos humanos y económicos, por lo que se requiere un esfuerzo conjunto para evitar ese sombrío panorama.