Por Maria Josefina Arce
La postura asumida por Estados Unidos en medio de la COVID 19 contra naciones como Venezuela y Cuba califica como genocida. El presidente cubano, Miguel Diaz Canel, en su cuenta de Twitter denunciaba que la pandemia ha sido utilizada por Washington para recrudecer el bloqueo.
En el complejo panorama creado por la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, ha impedido a nuestro país la compra de medicamentos, medios de protección y equipos médicos.
Cuba trató de adquirir ventiladores mecánicos a dos empresas suizas, pero al estas ser compradas por una compañía estadounidense rechazaron el pedido cubano.
Se impuso una vez más el criminal bloqueo y las sanciones que trae aparejadas para quieres comercien con la Mayor de las Antillas sobre una cuestión totalmente humanitaria, poder brindar una adecuada atención a los contagiados por la COVID 19, una dolencia altamente letal.
Por demás, Estados Unidos ha impuesto restricciones a bancos, aerolíneas y compañías navieras para detener la llegada al archipiélago cubano de insumos médicos que otros países nos donan.
Asimismo ha recrudecido su campaña de difamaciones contra Cuba, a la que acusa falsamente de tráfico de personas a través de su programa de ayuda médica.
Una total mentira que queda en evidencia cuando son cada más los países que solicitan la presencia en su territorio de los altamente calificados profesionales de la salud, o cuando se conoce del sacrificio y abnegación en otras tierras de los cubanos, algo no posible si como dice Washington fueran explotados por su Patria.
Cuba tiene una larga tradición de solidaridad internacional. Ayudar a otros forma parte sustancial de nuestra revolución y país, y es también parte de la formación ética que recibe el personal de la salud.
En momentos en que el mundo necesita solidaridad y cooperación, Estados Unidos apuesta por reforzar el criminal bloqueo.