Foto: Archivo/RHC.

Por: Guillermo Alvarado

Un fantasma sobrevuela Estados Unidos, es el fantasma del comunismo y no me refiero, amigos, a la frase inicial del célebre Manifiesto elaborado por Karl Marx y Federico Engels en 1847 y publicado en enero del año siguiente, sino a la campaña perversa de miedo iniciada por el presidente Donald Trump.

El polémico magnate está acorralado por la caída de la economía debido a los efectos de la pandemia de covid-19, así como por el alza de infectados y muertos por el virus y las protestas contra el racismo y la brutalidad policial.

Está en desventaja frente a su rival del partido Demócrata, Joe Biden, cuando faltan dos meses y tres días para las votaciones en que se elegirá presidente, habrá renovación de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.

Carente de argumentos, Trump y su equipo diseñaron una estrategia basada en el miedo que, fundamentalmente por ignorancia, tiene el ciudadano medio estadounidense a términos como izquierda, socialismo y comunismo.

Resulta ser que ahora esa sociedad viene a descubrir que existe en el país una fuerte izquierda, pero no cualquiera, una izquierda radical, dispuesta a liquidar los valores tradicionales de esa sociedad. Según Trump, la forman anarquistas, socialistas, comunistas y marxistas tan poderosos que están a punto de tomar el poder utilizando a Biden como caballo de Troya.

Primera noticia que se tiene en el mundo de que en Estados Unidos exista una organización de tal magnitud y capacidad. La misma gente de izquierda que vive en ese país, que los hay y muy valientes, por cierto, para pelear en las entrañas del monstruo, estaría muy sorprendida por esa revelación.

En realidad esa campaña no resiste el menor análisis político, solo que está dirigida a un pueblo que justamente no hace, ni le interesa, el análisis político y se traga sin masticar lo que le dicen, entre más burdo, mejor.

De Joe Biden se sabe que tiene un pensamiento neoliberal, es un empresario y forma parte de una poderosa fortuna familiar. Nadie que no sea millonario ha llegado jamás a la cúpula del gobierno en Estados Unidos.

En cuanto a Kamala Harris, si bien tiene bastante menos millones que Biden, siempre guarda algunos. En 2019 invitada por el Consejo de Relaciones Exteriores, en Nueva York, lanzó un brutal ataque contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, así que tan de izquierda no debe ser.

Lo que está haciendo Donald Trump es lo que nuestros mayores llamarían “asustar con el petate del muerto”, o “con la soga del ahorcado”. No existe ni remotamente en Estados Unidos una izquierda como de la que él habla, eso es sólo un fantasma.

Hay, eso sí, un profundo disgusto por el racismo, la pobreza, exclusión, violencia y otros males que tienen fracturada a esa sociedad.