Por María Josefina Arce

La seguridad alimentaria de todos sus ciudadanos siempre ha sido un objetivo de Cuba, que ha tenido que sortear durante décadas los múltiples obstáculos que impone el bloqueo estadounidense y que ahora se han incrementado ante la emergencia sanitaria mundial por la COVID 19.

Para que se tenga una idea. La política hostil norteamericana provocó desde abril de 2018 a marzo de 2019 afectaciones en la agricultura y la industria alimentaria de casi  414 millones de dólares.

La pandemia sin dudas, ha significado un nuevo desafío para este vital sector, que además, sufre los embates de fenómenos meteorológicos, intensificados por el cambio climático.

No obstante, los esfuerzos no se detienen y esta voluntad del estado y el gobierno está contenida en la nueva Estrategia Económica y Social, aprobada por el Consejo de Ministros en julio pasado.

De ahí que de las 16 medidas contempladas para el sector alimentario se han derivado 103 acciones, que buscan fomentar la inversión extranjera, la diversificación de las producciones y el desarrollo de la industria pesquera, entre otras.

El ministro cubano de la Industria Alimentaria, Manuel Santiago Sobrino, explicó que al año la nación caribeña produce más de  dos millones de toneladas de alimentos, 30 por ciento de ellas se destinan a la canasta familiar para que lleguen a todos los productos esenciales.

En el programa televisivo Mesa Redonda, destacó el trabajo de las dos instituciones de investigación del ramo, que ha permitido el rescate de determinados productos y el desarrollo de alimentos para personas vulnerables y adultos mayores, fundamentalmente.

Organismos internacionales han destacado el compromiso de Cuba con este derecho humano. La FAO, Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, ha reconocido a la Mayor de las Antillas como uno de los 14 estados que han logrado reducir los índices de hambre y desnutrición de forma sostenida por varios años.

Por su parte, UNICEF, Fondo de la ONU para la Infancia, calificó al archipielago cubano como el único de América Latina que ha eliminado la desnutrición infantil.

A pesar del bloqueo, Cuba registra avances en esta esfera, aunque está consciente de que hay todavía mucho que trabajar, pero en este camino cuenta con el apoyo de un gran potencial científico y la voluntad política de las autoridades.