Pandemia en la pandemia

Edited by Lorena Viñas Rodríguez
2020-12-01 07:03:26

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Foto: Archivo/RHC.

Por: Guillermo Alvarado

Bajo el lema “Solidaridad mundial, responsabilidad compartida”, se conmemora hoy la jornada internacional de lucha contra el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, SIDA, enfermedad opacada mediáticamente por la covid-19, pero que infecta y mata a gran cantidad de personas.

De acuerdo con datos publicados por la Oficina de la ONU para enfrentar el SIDA, ONUSIDA, en 2019 un millón 700 mil seres humanos contrajeron el Virus de la Inmunodeficiencia Humana, VIH, causante del padecimiento.

En ese período de tiempo hubo en total 38 millones de seropositivos y 690 mil perdieron la vida, a pesar de todos los avances científicos destinados a mejorar la salud de quienes resulten contagiados.

Si bien es verdad que el ritmo de expansión del sida se ha ralentizado en los últimos años gracias a las novedosas terapias antirretrovirales, todavía no existe una vacuna para prevenirlo, ni un tratamiento que lo cure, por lo que sigue siendo en esencia un mal mortal.

Además, las personas que se han beneficiado y logran mantener durante muchos años una calidad de vida aceptable viven, en su mayoría, en los países desarrollados y todavía existen en el llamado mundo pobre muchas personas que ignoran su condición porque no tienen acceso a los análisis clínicos.

En su mensaje por el Día Mundial contra el SIDA, Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA, advirtió que “a la hora de responder a la tremenda covid-19, el mundo no puede cometer los mismos errores que en su momento cometió al luchar contra el VIH”.

Recordó que en aquellos años hubo millones de personas infectadas en países en vías de desarrollo que murieron esperando un tratamiento. Todavía hoy, agregó, hay 12 millones de positivos sin acceso a los antirretrovirales.

La pandemia ocasionada por el nuevo coronavirus dificultó aún más la lucha contra el sida, porque agudizó las enormes desigualdades de este mundo.

No es casualidad que las regiones más afectadas por la inmunodeficiencia adquirida sean el África Subsahariana y el Sudeste de Asia.

No es sólo un asunto de hacer más, sino de hacerlo mejor, de adoptar medidas diferentes que ya demostraron que tienen éxito.

Cuba, un país pequeño pero con un corazón enorme ha sorteado los escollos que pone en su camino el bloqueo de Estados Unidos y logrado avances importantes en esta lucha. En 2015 fue el primer país en eliminar la transmisión materno-infantil del virus. Desde 1986 hasta el cierre de octubre pasado se han diagnosticado 35 mil personas con la enfermedad, de las cuales permanecen con vida 28 mil 756, resultado de un sistema de salud que pone la prevención como primera línea de trabajo.  

 



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