Por: Guillermo Alvarado
Donald Trump, se encuentra cada vez más solo en su descabellado intento por cambiar los resultados de las elecciones.
El todavía presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se encuentra cada vez más solo en su descabellado intento por cambiar los resultados de las elecciones del 3 de noviembre reciente, una actitud que no solo pone en ridículo a ese país, sino que amenaza con fracturar a los republicanos.
Luego de que el lunes Joe Biden fue declarado oficialmente como presidente electo de la potencia norteña, las ansias del magnate inmobiliario de mantenerse en el poder en lugar de aplacarse se incrementaron.
Sin embargo los golpes en su contra no pararon. El martes una de las figuras más prominentes del partido Republicano, el senador Mitch McConnell, reconoció la victoria de Biden y llamó a sus correligionarios que no se sumen a las maniobras del actual habitante de la Casa Blanca.
Fue casi el último clavo en el ataúd de las ambiciones políticas del presidente, quien vio fracasar más de medio centenar de acciones legales en los tribunales por una simple razón, y es que carecían del menor elemento probatorio y se basaban sólo en las afirmaciones de Trump y sus allegados.
Incluso la Corte Suprema de Justicia, la máxima instancia judicial del país, se negó a seguir el tortuoso camino trazado por el gobernante, que contaba con la complicidad de los magistrados para alcanzar sus objetivos.
Estos, sin embargo, prefirieron mantener la dignidad de su investidura, a pesar de que tres de ellos fueron nombrados durante la actual administración. En sus delirios, Trump parece que llegó a creer que bastaba con ponerlos en esos cargos para que fuesen obedientes sirvientes suyos.
Ya antes de estos últimos eventos el disgusto entre varios miembros del partido de gobierno era evidente.
El representante republicano por el estado de Michigan, Paul Mitchell presentó su renuncia a esa formación política por la indignación que le provocó la actitud del mandatario de negarse a reconocer su derrota.
Los berrinches de Donald Trump podrían tener un efecto nocivo en la elección de los dos miembros del Senado por el estado de Georgia que todavía están pendientes y se realizarán el 5 de enero.
Hasta ahora los candidatos del partido Republicano son favoritos para obtener los cargos, que confirmarían la mayoría de la agrupación en esa cámara, pero las divisiones que está provocando la irracional cruzada de la Casa Blanca contra la victoria de Biden podrían alterar el resultado.
Para los líderes conservadores es una perspectiva aterradora porque eso los pondría en franca minoría en los poderes ejecutivo y legislativo y les permitiría a los demócratas gobernar con relativa tranquilidad. Cosas veredes, amigo Sancho.