Bolivia espera que militares recuperen la confianza del pueblo

Edited by Maite González Martínez
2020-12-31 07:14:59

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Por: Roberto Morejón

Bolivia concluyó 2020 en una carrera para vacunar contra el SARS-Cov-2, reanimar la economía y restablecer la confianza entre las fuerzas armadas y el pueblo.

Gracias a ingentes esfuerzos del presidente Luis Arce y sus colaboradores, Bolivia contrató vacunas rusas para frenar contagios por la COVID-19 .

Durante la gestión nefasta del gobierno de facto de Jeanine Áñez, el país sufrió una crisis económica y sanitaria.

A ese gigantesco problema se enfrenta el nuevo primer mandatario, quien también atiende la delicada relación con las fuerzas armadas.

La jefatura militar se plegó a las conspiraciones de la extrema derecha para desalojar al entonces presidente Evo Morales en 2019.

El golpe de estado allanó el camino a la ultraconservadora Áñez y otros forajidos, quienes utilizaron a las fuerzas armadas para contener las protestas de los bolivianos.

Con ese antecedente, Luis Arce tomó el juramento en noviembre pasado de un alto mando militar distinto al que ejerció durante el régimen golpista, pero 43 días después lo cambió.

En efecto, Arce invistió de sus cargos a otra alta oficialidad, con la misión de estrechar puentes y enfilar a Bolivia hacia la pacificación.

El máximo exponente del Alto Mando recién impuesto de sus obligaciones, general César Vallejos, se comprometió a esclarecer los sucesos de fines de 2019, cuando murieron 36 personas por masacres durante actos represivos. 

Al parecer, la cúpula militar instalada durante las primeras semanas del gobierno de Arce habría mostrado reservas sobre las investigaciones.

Es cierto que las fuerzas armadas bolivianas coadyuvaron al retorno de la democracia después de la victoria electoral del Movimiento al Socialismo el 18 de octubre de 2020.

Pero si bien esa actitud es positiva, el gobierno de Arce y el pueblo esperan de las fuerzas armadas y la policía su incorporación al llamado “reencauzamiento de la democracia”.

El respeto a la Constitución de Bolivia y el apego a la justicia es obligación de todos, de ahí la validez de indagar lo ocurrido cuando el régimen de facto ordenó inmovilizar demostraciones populares.

Reconforta a los bolivianos que el cuerpo armado actual remarcara el compromiso de dar con los responsables de las muertes.

Bolivia ha caído en un pozo profundo y Luis Arce necesita de colaboración de las fuerzas armadas para avanzar hacia la recuperación económica y social.



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