La trampa letal de Darién tiene huéspedes

Edited by Maite González Martínez
2021-06-24 07:27:55

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Más de 10 mil migrantes esperaban cruzar la inhóspita jungla desde Colombia.

Por: Roberto Morejón

“Si vienen a nuestra frontera, serán devueltos”, expresó la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris, durante una reciente visita a Guatemala y México para hablar de la inmigración, la cual continúa a pesar de su advertencia y de que deba franquearse la inhóspita selva del Darién. 

La Vicepresidenta habló de ampliar los programas de asistencia al istmo que NO han logrado parar la migración.

Ese desplazamiento desde América del Sur, el Caribe e incluso África con destino a Estados Unidos se disparó en 2019, declinó en 2020 por la COVID-19 y luego creció en el año en curso.

Por esa razón y para atender un problema al que la administración demócrata dice brindarle importancia, se desplazó Harris a Guatemala y México.

Su discurso era luchar contra la corrupción y desarrollar inversiones en la región para fomentar empleos y evitar la estampida de indocumentados que luego se agrupan en su frontera sur.

Pero su narrativa chocó con una realidad lacerante, porque tanto en Centroamérica como más al sur, e incluso en África, aumentaron los índices de desnutrición, pobreza y corrupción.

De ahí que sigue la oleada en busca de alcanzar el llamado “sueño americano”, aunque los confabulados en tan funesta aventura deben vencer escollos mortales.

Cientos atraviesan diariamente el Tapón del Darién, conocida como la selva más peligrosa del mundo.

Según el gobierno panameño, unos 17 mil migrantes llegaron desde Colombia entre enero y abril, un aumento respecto a otros años, aunque se ignora cuántos perecieron en el intento.

La zona boscosa que atraviesan separa a Colombia de Panamá y es utilizada como paso irregular de personas, aprovechado por grupos armados para el envío de drogas hacia Estados Unidos

Los migrantes que caen en manos del Clan del Golfo y restantes bandas afincadas en el Darién son obligados a seguir su ruta con alucinógenos.

Sería un error pensar que si los sin papeles logran franquear esa selva ya aseguraron irrumpir en su destino.

Cada año, al menos 300 mil personas pretenden cruzar a Estados Unidos por los pasos fronterizos y para lograrlo acuden a las mafias y traficantes, quienes repetidamente dejan abandonadas a sus víctimas en el desierto.

Tanto en el Darién como más al norte abundan los peligros, pero muchos se arriesgan porque afirman que las promesas de ayuda de Washington están aún en el papel, solo se vive una vida y las de ellos es precaria. 



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