Los paraguayos protestan por la gestión del Gobierno ante la pandemia.
Foto: CNN en Español

Por María Josefina Arce (RHC)

El discurso del presidente Mario Abdo Benítez va en una dirección y la realidad de Paraguay en otra bien alejada.

En su tercer informe de gestión afirmó que la nación es una de las que menos ha sufrido por la COVID 19.

Sin embargo, Paraguay contabiliza hoy  cerca de  430 MIL contagiados y más de 13 MIL fallecidos por la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, que en el presente año no ha dado tregua.

El informe fue duramente criticado por diversos sectores. El vicepresidente del Congreso, Sixto Pereira, afirmó que el mandatario no puede hablar de una buena gestión en salud, cuando los paraguayos están angustiados y desesperados, sufriendo por las precariedades del sistema sanitario.

A mediados del pasado mes de junio el país se ubicó como el de mayor mortalidad por millón de habitantes en América del Sur, una de las regiones más afectadas por la dolencia.

En ese periodo estuvo en su peor momento de la pandemia. Noventa y tres por ciento de los distritos registraron casos y 128 de los 254 existentes estaban en nivel cuatro, el más alto de circulación comunitaria del virus.

Los hospitales públicos y privados estuvieron al borde del colapso por la alta cifra de contagiados por la COVID 19, y unas 200 personas esperaban diariamente por una cama en las Unidades de Cuidados Intensivos.

 A eso se sumó la falta de insumos médicos, una situación que se tornó bien compleja respecto a la demanda de oxígeno, un elemento vital para tratar a los enfermos.

La falta de medicamentos, la saturación de los centros hospitalarios y la lentitud de la campaña de vacunación llevaron a que en marzo pasado el gobierno de Abdo Benítez enfrentara protestas populares.

Ante las manifestaciones el presidente realizó cambios en su gabinete, aunque el clamor popular llegó a pedir la renuncia de todo el gobierno, incluido Abdo Benítez.

En su informe, el segundo en emergencia sanitaria, el mandatario señaló que se destinaron ayudas económicas para los sectores más vulnerables, que sin embargo, no llegaron a todos, al tiempo que no se garantizaron fuentes de trabajo para el sector formal e informal.

Lo cierto es que en 2020 la pobreza se elevó a casi 27% . En el área urbana ese índice alcanzó el 22,7% , un aumento de 5,2 puntos porcentuales, y en las zonas rurales fue de 34% .

Muchos han sido los cuestionamientos al informe presidencial de gestión,  que subrayan diversos sectores no refleja la situación real de Paraguay y evidencia un total desconocimiento de lo que acontece en la nación suramericana.