La ciencia atomiza las acusaciones

Edited by Maite González
2021-09-14 07:02:45

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Presentan informe técnico exhaustivo sobre las teorías en torno a los síntomas de salud reportados en La Habana por diplomáticos de EE.UU. y Canadá.

Por: Roberto Morejón

La teoría de los supuestos ataques acústicos que habrían afectado fundamentalmente a diplomáticos estadounidenses y familiares durante su permanencia en Cuba, no es científicamente aceptable.

Ese principio sostenido por hombres y mujeres de ciencias y de especialidades médicas fue reafirmado en esta capital en un nuevo informe, a cargo de investigadores de la Academia local.

El misterioso “síndrome de La Habana ”, como lo acuñaron medios de prensa, se estrella otra vez con las evidencias suplementarias acerca de la ausencia de atentados.

De manera que está políticamente motivado el uso de la palabra ataques que, según la narrativa de la prensa hegemónica, estuvieron asociados a síntomas de salud descriptos por diplomáticos de Washington.

O sea, estamos en presencia de una rotunda reafirmación a partir de una investigación muy exhaustiva de que el relato de marras careció de bases científicas serias.

No obstante, la administración del expresidente estadounidense Donald Trump lo esgrimió como argumento de oro.

Así le convino para desmontar la política seguida por su predecesor, Barack Obama, dirigida a una posible normalización de vínculos con Cuba.

Curiosamente, la administración republicana también negó cooperación en las investigaciones desarrolladas por personal cubano.   

La Casa Blanca se dedicó por el contrario a sumar de forma provocadora y con ensañamiento más cortapisas, con el objetivo de asfixiar a los residentes en la mayor de las Antillas.

Lo que se conoce también como recrudecimiento del bloqueo aplicado por Trump queda cada día más desprovisto de asidero.

En la cuerda de la falta de sustento se insertó igualmente un informe secreto del Departamento norteamericano de Estado desclasificado a principios del año en curso.

El documento sugiere que Trump decidió desmantelar la sede estadounidense en La Habana , en respuesta a los denominados ataques misteriosos, sin disponer de pruebas de que Cuba los causara.

Los nuevos aportes de académicos y médicos cubanos y múltiples estudios y artículos publicados en el exterior, ponen en entredicho la arenga para escoltar la atropellada disminución de personal estadounidense en la embajada en La Habana.

Una decisión que, por cierto, persiste aunque cambió la administración en Washington.



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