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Por: Roberto Morejón

Con un mensaje de confianza a la población, en especial a los padres, reinició en Cuba el curso escolar de forma presencial, solo en años terminales, después de un agitado período por la COVID-19 y el cese de actividades en los planteles.

Solo en función del avance de la vacunación a adolescentes y jóvenes con tres biológicos autóctonos, ha sido posible la autorización del Ministerio de Educación a la reapertura escalonada del año lectivo, de modo presente.

A los estudiantes de grado 12 de preuniversitario, tercer año de la Enseñanza Técnica y Profesional y los últimos dos de Formación Pedagógica, les correspondió inaugurar la nueva etapa, sin abandonar disposiciones higiénico-sanitarias.

Por supuesto, padres, maestros y los medios de comunicación explican que la pandemiano ha llegado a su fin, pero que es posible en circunstancias propicias volver paulatinamente a las aulas.

Es así porque progresó la inoculación con inyectables propios, Abdala y Soberana, de probada eficacia en las edades pediátricas, con notables respuestas inmunes, y además disminuyeron los casos de COVID-19 y de decesos.

Junto a la seguridad de las vacunas, el personal a cargo de las escuelas mantendrá faenas de limpieza en aulas, con distanciamiento entre mesas y asientos, y en el resto de los salones.

Como reiniciaron clases presenciales poco menos de 85 mil colegiales, o sea, casi 5 por ciento de la matrícula cubana, será más fácil el aprovechamiento de espacios educativos.   

Para los estudiantes representa romper en parte con el confinamiento prolongado a causa del SARS-Cov-2 y prestar atención máxima a asignaturas cuyos programas sufrieron adaptaciones.

Los maestros deberán reforzar la vigilancia personalizada a discípulos con más dificultades luego del largo período de alejamiento de los colegios.

Los matriculados en el grado final de la enseñanza media superior tendrán un desafío particular, porque en las 20 semanas de clases siguientes conviene garantizar su adecuada preparación para enfrentar los exámenes de ingreso a la Educación Superior.

De manera que en enlace con el progreso de la vacunación, procedimiento que en sus tres dosis sobrepasó a 46 por ciento de la población, Cuba enfila sucesivamente a los escolares al regreso a las clases presenciales, sin abandonar regulaciones higiénico-sanitarias ineludibles.