Xiomara Castro announced that if she wins the presidential elections in November, she will call for a new Constituent Assembly to reform the Constitution.
Por: Roberto Morejón
Honduras cerró el año en calma política, en medio de la transición de un gobierno conservador a otro progresista, como resultado de los comicios recientes.
Muchos hondureños contrastan el presente sosiego con la crisis de la anterior elección, en 2017, cuando el actual presidente Juan Orlando Hernández se proclamó reelecto, bajo acusaciones de fraude y tras reformas legales polémicas.
Ahora el ganador es el Partido Libertad y Refundación (Libre), de Xiomara Castro, quien en alianza con el Partido Salvador de Honduras, de Salvador Nasralla, sacó 15 puntos de ventaja al gobernante Partido Nacional.
Tal vez por esa arrolladora victoria y las expectativas de los movimientos obreros, sociales y campesinos de lograr avances con el nuevo gobierno a partir del 27 de enero, los ánimos están reposados.
La Presidenta electa y su equipo de transición sostienen encuentros con sectores del país, incluyendo la empresa privada, para conocer las principales demandas, muchas de ellas incluidas en la plataforma del partido ganador.
Pero Xiomara Castro tendrá escollos a vencer, entre ellos el que su partido NO tendrá mayoría simple en el Congreso y deberá negociar con el opositor Partido Liberal para promover iniciativas.
La venidera administración hondureña deberá tener en cuenta problemas como desempleo, deuda, política fiscal, dificultades económicas y corrupción, asuntos priorizados por la Primera Mandataria electa.
Por su lado el movimiento campesino demanda una reforma agraria, pues el campo sufre por más de 20 años de experimentos neoliberales.
Asimismo, la coalición triunfante en la votación reciente deberá mirar de cerca desde el ejecutivo entrante el fenómeno de las caravanas de migrantes, integradas marcadamente por hondureños.
Ellos huyen del desempleo, la falta de oportunidades de los jóvenes y la violencia desencadenada por las pandillas, un fenómeno acuciante aún, si bien el presidente saliente Juan Orlando Hernández asegura que logró una declinación.
A ese cúmulo de contratiempos se suma el impacto de dos huracanes en corto tiempo que dejaron una estela de destrucción en Honduras.
Como se advierte, la agenda de la nueva dignataria va a estar cargada, pero a su favor actúa la decisión de auscultar las opiniones de todos.