Por: María Josefina Arce
Costa Rica irá el próximo domingo a las urnas para elegir al nuevo presidente del país entre una cifra récord de 25 candidatos, lo que confiere una gran incertidumbre y augura una segunda ronda el venidero mes de abril.
Más de tres millones de costarricenses están convocados a la jornada electoral, que tendrá lugar en medio de un panorama incierto, de acuerdo con los especialistas, por un repunte de los casos de Covid-19, una compleja situación económica, un aumento del desempleo que sobrepasa el 14% y de la desigualdad.
Y de trasfondo el descontento popular evidenciado en las protestas de 2018 y 2019 contra una reforma tributaria y en 2020 por un posible acuerdo del gobierno del presidente Carlos Alvarado con el FMI, Fondo Monetario Internacional, que conllevaria a recortes sociales.
Las encuestas de opinión revelan que hasta ahora tienen mayores posibilidades solo tres de la excesiva cifra de aspirantes. Ellos son el ex mandatario José María Figueres, del Partido Liberal Nacional, la ex vicepresidenta Lineth Saborío, del Partido Unidad Social Cristiana, y Fabricio Alvarado, de Nueva República.
Aunque Figueres, quien gobernó de 1994 a 1998, ha estado al frente desde agosto pasado, ha visto un descenso del apoyo a su candidatura, lo que muchos vinculan al escándalo por el caso Diamante, que involucra a seis alcaldes, cuatro de ellos ligados a su partido, por actos de corrupción en contratos de obra pública municipal.
Todo evidencia que lo único seguro hasta el momento es que el porcentaje de indecisos se mantiene por encima del 40% . Cuatro de cada diez ciudadanos con derecho al voto no tiene una preferencia definida, lo que deja abierta la puerta a cualquier resultado y refleja la pérdida de base electoral de las organizaciones políticas.
Entre el mayor porcentaje de indecisos se sitúan las mujeres y los jóvenes, quienes no se identifican con un partido político en específico y a quienes ningún candidato parece convencer.
Con este panorama de fondo, alcanzar 40% de los sufragios válidos para un triunfo en primera ronda parece difícil y todos dan por hecho una segunda vuelta el 3 de abril.
Los sondeos arrojaron también que para los costarricenses los principales problemas de la nación centroamericana son el desempleo, la corrupción y la situación económica, y solo 50% consideró que en la campaña electoral los candidatos ofrecieron alguna solución a esas preocupaciones.
Costa Rica, donde el voto no es obligatorio, elegirá también el próximo domingo a dos vicepresidentes y a los 57 miembros de la Asamblea Legislativa, en una jornada en la que al parecer lo único seguro será una segunda cita en las urnas en abril.
