Imagen tomada de Resumen Latinoamericano.

Por: Guillermo Alvarado

En política y relaciones internacionales no existe nada que ocurra por generación espontánea, mucho menos en una crisis tan grave como la de Ucrania que podría derivar en un conflicto de grandes proporciones entre Rusia y Estados Unidos, más sus aliados europeos de la OTAN.

Tan delicada situación se viene gestando desde hace unas dos décadas y en ella hay protagonistas que se mueven en la penumbra como una polilla o, más bien, una araña que va tejiendo redes aparentemente casuales, pero cuyos efectos a largo plazo suelen ser muy destructores.

Hablaremos en este y próximos trabajos de una de estas personas, la subsecretaria de Estado norteamericana para asuntos políticos, Victoria Nuland, mujer con mucha experiencia en esos asuntos donde se difuminan los límites entre la política, la conspiración y los intereses militares.

Si nos atenemos a su biografía, publicada por el Departamento de Estado, antes de ocupar su cargo actual fue consejera del Albright Stonebridge Group, una firma global de asesoría estratégica dirigida por la nefasta Madeleine Albright, ¿la recuerdan ustedes, allá por la época de William Clinton?

En su hoja figura haber trabajado con la Institución Brookings y fue miembro de la junta de la Fundación Nacional para la Democracia.

Realizó estudios en la Escuela Nacional de Guerra y la Universidad de Brown; fue Enviada Especial para las Fuerza Armadas Convencionales en Europa, representante permanente de Estados Unidos ante la OTAN, y asesora adjunta de Seguridad Nacional del vicepresidente Dick Cheney.

Hago esta amplia descripción de cargos y estudios para demostrar que no se trata sólo de una apasionada militante anti rusa, sino de una mujer muy preparada que sabe bien lo que quiere y cómo conseguirlo.

Nos recuerda el intelectual argentino Atilio Borón que desde 2013, cuando trabajó con Obama, organizó el golpe “blando” en Ucrania contra el gobierno de Víctor Yanúkovich, y hay una foto donde se le ve participando en las manifestaciones en la Plaza Maidán, de Kiev.

Fueron ella y el embajador de Estados Unidos en ese país, Geofrey Pyatt, quienes escogieron a Arseni Yatseniuk como sucesor de Yanúkovich.

 Ahora Victoria Nuland forma parte del equipo de Washington que tiene en sus manos el conflicto de Ucrania y realiza conversaciones al respecto con el gobierno de Rusia, al mismo tiempo que grita a los cuatro vientos que una invasión militar de Moscú está a la vuelta de la esquina.

En 2013 esta señora reconoció públicamente que desde 1991 Estados Unidos ayuda a “democratizar” Ucrania y hasta entonces había invertido 5 mil millones de dólares con ese objetivo.

Hay buenos ejemplos en Iraq y Afganistán de lo que para Washington significa “democratizar” y en ellos, de una u otra manera, Victoria Nuland ha participado. Seguiremos con más sobre este tema, amigos.