Por: Guillermo Alvarado
La Organización Meteorológica Mundial, OMM, advirtió que las olas de calor, como la que está asfixiando en estos momentos a varios países europeos, se mantendrán por lo menos hasta el año 2060, a pesar de los esfuerzos que se hagan para mitigar el calentamiento global.
Significa esto que nuestros nietos y sus descendientes tendrán que enfrentar fenómenos que, en realidad, se volverán comunes debido a los daños ocasionados por el irracional modelo de producción y consumo, donde la ganancia y no el cuidado del planeta, es la prioridad absoluta.
De acuerdo con el director de la OMM, Peteri Taalas, “hemos dopado a la atmósfera inyectando más gases de efecto invernadero, sobre todo dióxido de carbono, por lo que el calentamiento y otras tendencias continuarán”.
Un ejemplo claro de la irresponsabilidad de las grandes potencias es que, ante la escases de combustibles fósiles debido a las sanciones impuestas a Rusia por la guerra en el este de Europa, Washington induce a sus socios europeos a que utilicen carbón, aun conociendo su enorme potencial contaminante.
Hay un dato que en ocasiones se menosprecia, y es que el clima mata cuando se desordena y eso lo conocen muy bien en España y Portugal, donde fallecieron en este mes unas mil 900 personas debido al calor.
No se tienen datos completos sobre este fenómeno, que afecta también al norte de Italia, Francia y Reino Unido, pero cuando se den a conocer, si esto ocurre, las cifras serán apabullantes.
Peteri Taalas aseguró que la humanidad ya perdió la batalla ante los grandes glaciares y las regiones polares, que indefectiblemente seguirán descongelándose, hágase lo que se haga, por lo que si usted tiene fotos de estas zonas, guárdelas para que otras generaciones sepan cómo fueron un día.
Mientras esto sucede, en Estados Unidos el presidente Joseph Biden anunció hace pocas horas que tomará modestas medidas para contrarrestar el cambio climático, pero no declarará un estado de emergencia ni mucho menos.
Ya es un hecho que, igual que ocurrió con el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo y el control de la venta de armas de fuego, esta administración también será incapaz de sacar adelante una ley radical para combatir el calentamiento global.
No se dice una palabra sobre los fondos prometidos para ayudar a los países pobres a enfrentar las turbulencias climáticas, lo que contrasta con los miles de millones de dólares que se están gastando para enviar armas a Ucrania.
El dinero sobra cuando de segar vidas se trata, pero no hay para salvarlas. Con el permiso de Tito Monterroso, tengo que decir que la humanidad sigue durmiendo al lado del dinosaurio.