Imagen / Cubadebate

Por: Roberto Morejón

Después de desterrar de plataformas a medios rusos como Sputnik y Russia Today con el argumento de la operación estratégica de Moscú en Ucrania, se repiten acciones por ese camino, como la acontecida en Twitter contra medios cubanos.

De procedencia estadounidense, Twitter agregó en las cuentas de varios medios de prensa cubanos una etiqueta punzante.

Según la liturgia occidental, esa es la connotación acompañante de lo que la referida red social caracteriza como “afiliados al gobierno”.

Al hablar de lo ocurrido con la mayor de las Antillas vale destacar asimismo el cierre de la página de Facebook de la web Razones de Cuba.

El colectivo editorial calificó la afectación de “intento de silenciar la voz del pueblo cubano en la esfera digital”.

Con rapidez, las plataformas cubanas señaladas por Twitter reaccionaron con acritud a su decisión, ejercicio que Cubadebate calificó de paso que estigmatiza a medios públicos de la nación caribeña.

No se puede olvidar que Twitter aplicó también trabas a los referidos medios rusos y a la agencia Xinhua y el canal CGTN, ambos de China.

Coincidentemente Rusia, China y Cuba se encuentran en una lista de países y gobiernos bajo ataques políticos, diplomáticos y económicos de Estados Unidos.

En lo adelante queda claro que el señalamiento con el que se acompaña en Twitter a medios antillanos, limita su alcance.

Por lo tanto, se pone en entredicho la libertad de expresión que según Occidente prevalece en sus latitudes.

Como señala Edilberto Carmona, de Cubadebate, se trata de “un intento de clasificar a los medios que ellos consideran democráticos”.

O lo que es lo mismo, Twitter obstaculiza la eficacia de voces alternativas al discurso predominante en la prensa hegemónica.

Los asiduos a la mencionada red deben saber que un grupo de medios cubanos no serán recomendados ni amplificados, por lo que acceder a otras visiones demandará paciencia.

Será así en un concierto internacional matizado por la exigencia de expresarse en la orientación marcada por la prensa corporativa.

Los entendidos suelen hablar hoy de recurrencia a la guerra no convencional y a la híbrida, esta última por el empleo de métodos regulares o NO, incluyendo la utilización de espacios físicos, digital y el ciberespacio para repetir conceptos, estereotipos y verdades dosificadas con fines desestabilizadores.

A los medios en Cuba, nada ajenos a las limitaciones materiales por el bloqueo estadounidense, les resta sobreponerse y no descansar en hacer llegar su óptica.