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Por María Josefina Arce

La ciudad sudafricana de Johannesburgo es escenario de la Décimo quinta Cumbre del BRICS, un grupo integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que sin dudas, ha ido ganando protagonismo y peso económico a nivel mundial.
  
Cada vez es mayor el número de países interesados en sumarse a este bloque, que representa más del 40% de la población mundial y una parte importante del Producto Interno Bruto global.
  
Un informe de la UNCTAD, Organización de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo, señala que la participación del BRICS en la producción mundial aumentó del 18% al 26% entre 2010 y 2021.
  
De hecho la FAO, Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, ha señalado que los cinco países de economias denominadas emergentes que integran este mecanismo tienen las condiciones para ayudar a alcanzar los objetivos de erradicar la pobreza y el hambre en el planeta.
  
En ese camino el grupo exhibe entre sus logros la creación del Nuevo Banco de Desarrollo, encaminado a financiar proyectos relacionados con infraestructuras y cambio climático en naciones del Sur, un reto para el mundo.
   
Una institución que, opinan los expertos, significa un impulso al apoyo de iniciativas de cooperación en diversas ramas no solo entre los actuales miembros del BRICS, sino también de Estados en vías de desarrollo.
   
Desde su fundación en 2014 la entidad bancaria ha aportado fondos para más de 90 proyectos que abarcan la energía limpia, transporte, recursos hídricos y salud, entre otros.
  
Asimismo durante la pandemia de la COVID 19 la institución estableció un mecanismo de asistencia de préstamo de emergencia para ayudar a los países miembros a enfrentar la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
   
El Nuevo Banco de Desarrollo es sin dudas, una alternativa al Banco Mundial y al Fondo Monetario internacional, conocido por sus leoninas políticas de ajuste que sumen a los pueblos en la pobreza.
  
De ahí que la creación de una moneda común que rompa la hegemonía del dólar estadounidense estará en la mira de la cumbre, calificada de muy importante por sus organizadores.