Por María Josefina Arce
A nivel mundial el cáncer de mama es el más extendido. Representa casi 13% de todos los casos nuevos de cáncer que se detectan cada año en el orbe y entre los distintos tipos de esta enfermedad es la causa más común de muerte en las Américas.
En Cuba este tipo de dolencia tiene igualmente una alta incidencia. De ahí que su atención ocupe un lugar esencial en el Programa Nacional de Control Integral de Cáncer, a través del cual se realizan acciones de educación, prevención y promoción para la salud.
Y es que, apuntan los especialistas, la detección precoz puede modificar el pronóstico de la enfermedad, incrementando las posibilidades de curación.
Por eso, se promueve el autoexamen mediante campañas educativas por los medios de comunicación, las cuales están acompañadas por el trabajo que realizan los médicos y enfermeras de la comunidad, un eslabón esencial en el sistema sanitario cubano.
El país cuenta con personal altamente calificado, de gran experiencia y responsabilidad que garantiza la asistencia a los pacientes con cáncer de mama, que generalmente se asocia a las mujeres, pero que también puede afectar a los hombres, aunque en un porcentaje mucho menor.
Nunca el sistema sanitario cubano ha dejado de brindar atención a estas personas, ni ante las más complejas condiciones como la pandemia de la COVID 19, que afectó a todo el mundo y Cuba debió enfrentar en medio de un recrudecimiento del bloqueo norteamericano.
Aún ante esta difícil situación y que muchos profesionales tuvieron que incorporarse a la batalla contra el virus, se mantuvieron en todo momento las consultas de clasificación para quienes acudían remitidas del nivel primario de salud y la atención a las pacientes ya tratadas pero con algún tipo de recaída de la enfermedad.
Pero es bueno que se conozca que el criminal cerco económico incide con fuerza en el tratamiento a aplicar a estas personas; muchas farmacéuticas no responden ante la solicitud de la Mayor de las Antillas de un medicamento. Ese es el caso de Pfizer que nunca contestó al pedido cubano de Palbociclib para el tratamiento del cáncer de mama metastásico hormonosensible.
Además de la sostenida atención y chequeo constante de los especialistas, han surgido iniciativas encaminadas a respaldar a estas personas, como el proyecto Alas por la vida. Es un grupo de respaldo para mujeres operadas de cáncer de mama.
Nació a propuesta de profesionales del conocido hospital Manuel Fajardo, de La Habana, y se ha convertido en un espacio no solo para las féminas operadas, sino también para sus familiares, quienes pueden conocer más sobre el tema y contribuir a mejorar la calidad de vida de esas personas.
Cuba, en medio de la carencia de recursos, hace un notable esfuerzo para no descuidar la atención a las personas con cáncer de mama. Cada día nuestros especialistas libran una batalla contra esa enfermedad y cada paciente curado es una victoria a favor de la vida.