Grupo de terroristas en Ecuador. Foto: diario AS

por Roberto Morejón

Ocho años después de que Ecuador fuera calificado como uno de los países más seguros de América Latina, la situación dio un vuelco dramático, al colocarse hoy al final de esa enumeración, y así lo confirman hechos recientes.

Más de una veintena de grupos criminales integrados por 20 mil personas operan en Ecuador, con las cárceles como los principales puestos de mando y conexiones regulares con carteles de la droga foráneos.

Politólogos y analistas concuerdan en que el dinero de los narcotraficantes ha comprado silencios y cooperación.

En los últimos tres años, la crisis cobró niveles inusitados, como colofón de la inoperancia de los gobiernos de Lenín Moreno y Guillermo Lasso, quienes con el argumento de reducir gastos desestimaron controles y seguridad.

Ecuador batió en 2023 su récord histórico de homicidios con casi 7 mil 900, de los que solo se resolvieron poco menos de 600, en tanto pasaba a ser un importante centro regional de almacenamiento, procesamiento y distribución de narcóticos.

Los grupos criminales llegaron a atentar contra políticos, como ocurrió cuando sicarios a sueldo asesinaron al candidato Fernando Villavicencio.

Ante la llegada al poder de Daniel Noboa, quien prometió manejar la economía y la seguridad como pilares, los forajidos quisieron probar fuerza.

Con explosiones, saqueos, tiroteos, incendios de vehículos y seis motines en prisiones, los delincuentes responden al plan de gobierno, en el que se contempla reformas profundas en las cárceles y hasta la posible convocatoria de un referendo para legitimar acciones más severas.

Más explosivo resultó para los malhechores el reciente estado de excepción por 60 días tras la fuga de un convicto peligroso, decisión seguida por la irrupción de hombres armados a un canal de televisión.

Adolfo Macías, alias Fito, líder de la banda criminal Los Choneros

El asalto, que dejó atónitos a ecuatorianos y observadores, y la violencia de las bandas, ahora emplazadas como terroristas, ha captado la atención mundial.

Numerosos mensajes de apoyo al gobierno ecuatoriano han llegado desde diversos países ante lo que se califica como jornadas de violencia criminal y agresión a la institucionalidad.

En ese contexto se inscribe la propuesta del presidente boliviano, Luis Arce, de trabajar en la regionalización de la lucha contra el narcotráfico y otros ilícitos.

Se trata de una idea a considerar mientras la opinión pública espera porque Ecuador pueda recobrar la normalidad luego de declarar un conflicto armado interno.