Marcha en Madrid en contra del genocidio

por Guillermo Alvarado

Después de meses de una ominosa falta de condena sobre el genocidio que perpetra Israel contra la población palestina en la Franja de Gaza, llegaron por fin desde la Unión Europea algunas señales de que la población y algunos funcionarios de ese mecanismo integrador comienzan a despertar.

Durante el fin de semana se realizaron nutridas marchas contra la política del gobierno sionista de Benjamín Netanyahu en España e Italia, lo cual resulta alentador porque hasta ahora sólo había silencio, que es una forma de complicidad con el exterminio protagonizado por Israel.

En España, cuyo gobierno es el único del bloque en criticar abiertamente la matanza de Gaza, varias decenas de miles de personas marcharon en Madrid desde la Estación de Atocha hasta la Plaza de las Cibeles portando carteles donde, entre otras cosas, pedían el cese del comercio de armas con Tel Aviv.

Protestas similares ocurrieron en otras importantes ciudades, como Barcelona, Valencia y Sevilla.
Mientras, en la ciudad italiana de Vicenza un nutrido grupo de ciudadanos exigieron el cese de los bombardeos contra Gaza, antes de ser duramente reprimidos por la policía.

El gobierno de extrema derecha de Giorgia Meloni mantiene el tono de la mayoría de países de la Unión Europea de hacer tibios llamados a la solución de dos Estados soberanos en el Oriente Medio, sin condenar explícitamente a Israel por el genocidio palestino.

Curiosamente esta norma la rompió en estos días el alto representante para la Política Exterior de ese mecanismo continental, el español Josep Borrell, quien acusó a Netanyahu de crear y financiar a la organización Hamas para debilitar a la Autoridad Nacional Palestina.

Esta versión es un secreto a voces, pero llama la atención que ahora la proclame abiertamente un alto funcionario europeo, como es Borrell, quien pronunció un discurso en la Universidad de Valladolid donde recibió un doctorado honoris causa.

Pero no se quedó allí y acusó a Netanyahu de bloquear personalmente durante 30 años la resolución de la ONU sobre la creación de un Estado Palestino con las fronteras internacionalmente reconocidas desde 1967.

Más aún, recordó la fuerte advertencia hecha ya antes por diversos analistas acerca del destino de esa región cuando precisó que "si no intervenimos fuertemente, la espiral de odio y violencia seguirá de generación en generación, de funeral en funeral, cuando florezcan las semillas del odio que se está sembrando en Gaza hoy".  El que tenga oídos, que escuche.