Marcha en Chile.Imagen:LT

por Guillermo Alvarado

En al menos 25 ciudades y pueblos de Chile decenas de miles de personas marcharon la víspera para reclamar que se destraben en el Congreso Nacional los proyectos de Reforma Tributaria y de Pensiones, atrapados entre la oposición de la derecha y la pasividad del gobierno de Gabriel Boric.

Ambas iniciativas formaron parte medular del programa de trabajo de la coalición que llevó al otrora dirigente estudiantil hasta el Palacio de La Moneda, pero cuando ya transcurrió la mitad de su mandato aún continúan sin ver la luz y los pronósticos son pesimistas.

Ante esta situación, la Central Unitaria de los Trabajadores, CUT, la mayor organización gremial del país austral, llamó en su reciente Congreso a realizar un paro nacional, acompañado por numerosas manifestaciones con el propósito de hacer presión a los organismos Legislativo y Ejecutivo.

Particular descontento crea el sistema de jubilaciones, creado durante la dictadura de Augusto Pinochet, que obliga a todos los trabajadores, públicos y particulares, entregar sus cotizaciones  a las Administradoras de Fondos de Pensiones, AFP, la mayoría de ellas grandes corporaciones financieras transnacionales, encargadas de manejar este servicio.

La mayor parte de las AFP son filiales de firmas estadounidenses que invierten los recursos de los trabajadores en diferentes áreas, como la industria frutícola, la especulación inmobiliaria y los energéticos, donde obtienen ganancias enormes con capitales que les salen gratis.

A cambio de eso les entregan a los jubilados chilenos pensiones de miseria, pues más del 70 por ciento son inferiores al salario mínimo legal y una de cada cuatro está por debajo de la línea de la pobreza.

Terminar con este sucio negocio fue una de las exigencias del estallido social iniciado en octubre de 2019, pero la férrea defensa a las AFP por parte de diputados y senadores de derecha ha imposibilitado dicha tarea.

No menos compleja es la tarea de reformar el sistema tributario y lograr que paguen más impuestos los que más ingresos tienen. Además de todos los agujeros legales del aparato fiscal chileno, las grandes empresas siempre encuentran la forma de evadir sus obligaciones.

Esto impide, por ejemplo, invertir en el sistema de salud, donde las listas de espera para una cirugía o una consulta con un especialista suelen demorar años y muchos pacientes fallecen mientras esperan su turno.

Estas y otras razones similares motivaron la gran marcha de la víspera en Chile, país donde, además, crece la inseguridad ante la delincuencia y la acción del crimen organizado.