XIII Reunión de la Comisión Mixta para la Cooperación en Ciencia y Tecnología Cuba-China
por Roberto Morejón
El reciente acuerdo para el aumento de la cooperación científica y tecnológica entre China y Cuba, representa para ese último país una importante arista en la búsqueda de elevar el bienestar de la población y trabajar en pos del desarrollo.
Una sesión de trabajo en La Habana entre funcionarios y expertos de las dos naciones analizó las vías para elevar los intercambios en materia de inmunología molecular y neurociencias, entre otras coincidencias.
Los arreglos abren perspectivas para la ampliación de capacidades de adiestramiento y respuesta ante emergencias de salud pública, como enfermedades no transmisibles y vigorizar encuentros entre científicos y técnicos jóvenes.
Científicos de Cuba y China intercambiaron experiencias e iniciativas en áreas como inmunología molecular, neurociencias y sericultura, fundamentalmente a través de la Academia de Ciencias y la Fundación Nacional de Ciencias Naturales de China.
Todo ello es posible por el desarrollo de las ciencias y la tecnología en la mayor de las Antillas, especialidades afectadas por el bloqueo estadounidense, pero susceptibles de aportar un caudal de conocimientos, experiencias e incluso proyectos de investigación.
Para los cubanos representa un honor y motivo de satisfacción establecer lazos con instituciones de tanto rigor a nivel de China, Asia y el resto del mundo.
En la tierra de José Martí valoran altamente contar con el gigante asiático en el avance de la ciencia y la tecnología, precisamente cuando en la nación caribeña se impulsan propósitos en ese sentido y en la innovación, como parte de su sustento económico y social.
El archipiélago caribeño, con muy limitados recursos naturales y acentuadas carencias materiales derivadas del cerco externo, tiene no obstante un personal altamente calificado, cuyo potencial estima China.
De ahí que hoy se hable de implementar en el futuro colaboraciones en áreas como las nanociencias y la aplicación de la tecnología para la producción de alimentos.
Este último frente se asocia a uno de los pilares de los programas de la economía antillana, pues urge trabajar la tierra mediante rendimientos apropiados, de manera de atenuar el presente déficit de ofertas en los mercados.
Los cubanos entienden que además de sus buenas relaciones con China, establecidas hace 64 años, la inserción en la iniciativa de la Ruta de la seda abrirá márgenes adicionales de aportes mutuos.