Calienta motores campaña electoral en Estados Unidos

Edited by Maydenys Rodríguez
2016-01-20 12:04:12

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Por: Guillermo Alvarado

A casi dos semanas del inicio de las elecciones primarias con vistas a los comicios presidenciales estadounidenses, los dos grandes partidos que monopolizan las posibilidades en este espectáculo, el Demócrata y el Republicano, afinan sus motores para las citas en los estados de Iowa y Nueva Hampshire, que despejarán un tanto las brumas y perfilarán mejor a los posibles aspirantes a la lucha por la Casa Blanca.

Si bien las encuestas dan favoritos en ambas agrupaciones, la vida ha demostrado que más allá de la personalidad de los candidatos o sus programas, en ocasiones pesan más la sagacidad de los organizadores, la propaganda bien situada y, por supuesto, el dinero, un ingrediente indispensable en las votaciones de ese país.

Por eso hay que esperar los resultados en estas consultas parciales pasa ver si se consolidan las intenciones de voto por Donald Trump, en el partido Republicano, y de la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, en la agrupación Demócrata.

El magnate inmobiliario Trump ha convertido la campaña en un “reality show” y logró detectar y aprovechar a su favor el descontento que existe entre los sectores más conservadores de la sociedad norteamericana, en particular entre ese grupo caracterizado por el estereotipo de blanco, anglosajón y protestante.

Allí ha atizado el odio racial, los sentimientos contra los inmigrantes y las minorías étnicas, los problemas económicos del país y las políticas del presidente Barack Obama, con un discurso desfachatado, más propio del espectáculo televisivo vulgar que de la alta política.

No menos a la derecha que él está el gobernador de Texas, Ted Cruz, segundo en los sondeos y señalado en los medios como “serio, inteligente y desagradable”. Muchos de sus colegas en el Senado lo detestan y preferirían ver en su lugar a Marco Rubio, toda vez que la esperanza republicana, Jeb Bush, sigue apagado en la contienda.

En el partido Demócrata la señora Clinton comenzó bien su campaña, pero poco a poco el senador Bernie Sanders se le ha pegado en las encuestas aprovechando precisamente las características del electorado de esta agrupación, que suele ser joven, de origen hispano, inclinado hacia lo novedoso o lo fuera de lugar, esos que en inglés se definen como “outsiders”.

Hillary Clinton cuenta a su favor con una mayor experiencia en estas lides, grandes contactos políticos y una maquinaria muy afinada. Tiene, además, la oportunidad de demostrar que aprendió la lección de hace ocho años cuando, siendo favorita, Obama la dejó en el camino.

El enredado sistema electoral estadounidense da lugar a todo tipo de especulaciones y la elaboración de los más variados pronósticos, así como numerosas paradojas, como que no siempre gana el que más votos saca. Tampoco es ajeno a fraudes y malos manejos, como los que en el 2000 dejaron fuera del cargo a Albert Gore para situar en el poder a George W. Bush, de tristes recuerdos en todo el mundo.

No obstante, cuando terminen las primarias de Iowa y Nueva Hampshire habrá un poco más de claridad en el caótico y muchas veces poco democrático proceso comicial del norteño país.



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