Por: María Josefina Arce

A medida que se acerca el 21 de febrero se intensifica la campaña de diversos sectores sociales bolivianos a favor de la repostulación del presidente Evo Morales y el vicejefe de Estado Álvaro García Linera en las elecciones generales de 2019.

Ese día los bolivianos en referendo nacional definirán si aceptan o no modificar la Constitución Política del Estado y permitir que Morales y García Linera tenga la posibilidad de presentarse a los comicios.

Y es que de ganar el Si en el referendo el pueblo boliviano tendrá la oportunidad posteriormente de decidir si la dupla política del MAS, Movimiento al Socialismo, puede o no darle seguimiento y cumplir con los objetivos de la Agenda Patriótica por el bicentenario de la independencia del país en 2025.

Para muchos la jornada será decisiva para el futuro de Bolivia, pues apuestan por mantener y profundizar los cambios que han tenido lugar en los últimos diez años y que han beneficiado fundamentalmente a los sectores más humildes, los marginados durante décadas de políticas neoliberales.

La realidad es que Bolivia dejó de ser ese país pobre e inestable políticamente, escenario de constantes golpes de estado. La nación suramerica, tras el ascenso al poder en 2006 de Evo Morales, presenta hoy una estabilidad política y económica que ha redundado en beneficio de toda la población.

Dueña de sus recursos naturales ha destinado las ganancias que generan a programas sociales que han permitido sacar de la miseria a más de dos millones de bolivianos, que además cuentan hoy con acceso a la salud y la educación.

En el 2008 la UNESCO, Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, declaró a Bolivia Territorio Libre de Analfabetismo, tras una campaña por todo el territorio para enseñar a leer y escribir que contó con la ayuda desinteresada de Cuba y en la que se puso en práctica el método cubano “Yo sí puedo”.

De acuerdo con los analistas, pocos países en el mundo lograron en tan poco tiempo los avances económicos, sociales y culturales registrados en esta nación, que ha registrado un crecimiento anual promedio del cinco por ciento, uno de los más altos de la región.

En medio de este panorama, la derecha ha recurrido a los ataques contra Morales. Las autoridades han denunciado que la oposición ha desplegado toda una campaña de mentiras para impedir el triunfo del SI en las urnas y de ese modo intentar preparar el camino para un retorno del pasado neoliberal.

Pero hasta en las redes sociales la derecha ha encontrado un fuerte rechazo. El pueblo boliviano, en su mayoría, apoya la posibilidad de un cambio constitucional que haga posible la reelección de Evo Morales y del vicepresidente Alvaro García Linera para continuar viviendo en un país estable política y económicamente, donde todos sean escuchador por igual.