por  Nicanor León Cotayo

Las noticias que llegan desde ambas ciudades son cada vez más alarmantes respecto a la violencia.

Una artista y escritora residente en Miami, Lydia Hidalgo,  lo describió en una crónica que este miércoles publicó el Nuevo Herald.

Bajo el titulo, “La violencia que nos destruye”, ella narró la existencia de una vida muy tensa entre muchos de sus habitantes.

Luego escribió, hoy un muerto, ayer varios y mañana muchos más, como “la cadena que arrastramos desde hace ya varias décadas en la mayoría de nuestras grandes ciudades”.

También mencionó a personas que, sin culpa alguna, “se ven atrapadas en un fuego cruzado y terminan víctimas de las balas que vuelan a su alrededor”.

Según la escritora residente en Miami, casi todos los días niños jugando frente a sus casas terminan heridos o muertos.

Junto a ellos, subraya, jóvenes y adultos caminando por las calles o hablando con otros en patios de  escuelas resultan una estadística fúnebre más.

La intelectual citó el reciente caso de Nykea Aldridge, prima del ex jugador de los Miami Heat Dwyane Wade, victima de una balacera cuando se dirigía a la escuela para inscribir a sus hijos.

Wade dio a conocer el suceso en redes sociales y el escándalo se expandió tanto que dio la vuelta al mundo.

Paralelamente, el  superintendente de la policía de Chicago, Eddie T. Johnson, informó este domingo que entre los autores de capítulos como ese figuran gente como los hermanos Darwin y Derren Sorrells, de 26 y 22 años respectivamente, quienes afrontan cargos por homicidio e intento de asesinato.

Ambos, también mezclados en otros delitos menores con armas de fuego,   integran pandillas y se encontraban sujetos a libertad condicional.

La escritora Lydia Hidalgo hace  referencia además al sombrío ejemplo que emana de la ciudad de Chicago.

Recuerda que se trata de la urbe más golpeada en los últimos 20 años por una violencia sostenida.

¿Cómo lo prueba? Este fin de semana 11 personas, incluida Nykea Aldridge, fueron ultimadas.

Hidalgo echa mano a otras estadísticas para decir que, solo en los nueve meses transcurridos este año, en Chicago hubo 467 asesinatos, más que los reportados por Nueva York y  Los Ángeles juntas.

Su crónica puntualiza que la mayoría de esos crímenes son cometidos en zonas casi siempre  dominadas por las pandillas.

Debido a esa realidad, opina la intelectual, “crece el riesgo en las calles y las posibilidades de ser víctima de una bala perdida”.

Solo entre 2010 y 2014 la magnitud de los asesinatos en Chicago es cerca de cuatro veces más alto que el promedio nacional.

Muy conmovedor es apuntar que los homicidios en esa urbe durante el presente año han subido un 50 por ciento respecto a los acaecidos en igual etapa de 2015.

La gran mayoría de los crímenes  en Chicago son por armas de fuego y las víctimas sufren los ataques en un radio de media milla de sus propias viviendas.

Representantes de la comunidad negra son la tercera parte de quienes radican en Chicago, pero sufren el 75 por ciento de los asesinatos.

Como para reafirmar ese hecho, el fin de semana pasado a 67 personas les arrancaron la vida  en esa localidad.

De ahí la contundente sentencia de la artista y escritora Lydia Hidalgo:

“Nunca hemos estado tan separados ni vivido una era tan violenta, tan llena de balas perdidas, con tantas muertes violentas”.

(CubaSí)