por  Nicanor León Cotayo

Hace más de 50 años, la realidad cubana es tergiversada desde el dúo Washington-Miami, y ahora lo ratificaron con el paso del huracán Matthew.

¿Principales autores? La ultraderecha en el seno de sus administraciones y grupos de origen cubano fabricados a partir del triunfo revolucionario de 1959.

Este jueves, por ejemplo, Diario Las Américas publicó un artículo: «Cuba, el huracán Matthew, la seguridad del Estado y las mentiras del régimen».

¿Cómo lo argumenta? Citando versiones de sus «disidentes» al público servicio de Washington.

La publicación menciona el caso de Baracoa, primera villa fundada en el archipiélago cubano, donde es grande la destrucción impuesta por el huracán.

Se remite, entre otras, a una declaración del viceministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Ramón Espinosa Martín, quien afirmó que allí no hubo pérdidas de vidas humanas.

De inmediato, el periódico de Miami agrega: «ojalá sea así, pero desde Baracoa nos llegan preocupantes comentarios que circulan entre la población».

Guarda silencio en cuanto a la presencia de Espinosa Martín sobre el escenario de los hechos, así como de numerosas imágenes televisivas y diversas declaraciones de cubanos que las avalaron durante horas.

Hecha su presentación de credenciales, con absoluto desprecio, escribe «estamos tratando de obtener información precisa» sobre lo sucedido.

Luego descubre el Mediterráneo, al plantear: en momentos como estos, urge la solidaridad, la ayuda pronta y efectiva, la asistencia a los damnificados.

Sin embargo, como parte de sus incongruencias, da a entender que las numerosas personas alojadas en casas de sus vecinos denotan falta de confianza hacia los albergues estatales.

No se detiene ahí, pues se atreve a manifestar que lo sucedido cuando ciclones como el Sandy, demostró «la pésima gestión del Estado totalitario».

Criterio muy infeliz, pues la opinión más generalizada, dentro y fuera de Cuba, es que la gradual obra reconstructora emprendida a partir del meteoro de octubre de 2012 «parece un milagro».

Sin embargo, Diario Las Américas afirma desde Miami que «muchas familias siguen sin vivienda o viven en casuchas levantadas con esfuerzo propio».

Pero todo lo dicho quedó pálido al saberse que, en medio del golpe impuesto ahora por Matthew, la candidata presidencial del Partido Demócrata, Hillary Clinton, trata de llegar a votantes con el propósito de influir sobre ellos.

Se filtró que en tal esfuerzo gastará unos 63 000 dólares, como parte de un proyecto donde apela directamente a los electores.

¿Qué vía utilizará? Weather Channel, o sea, el canal especializado en partes del tiempo.

La contratación abarcaría cinco días a partir del jueves, algo que, según el punto de vista de Diario Las Américas, «es una propuesta arriesgada».

En primer lugar, debido a tratarse de una muy difícil decisión para su campaña electoral, la forma de sacar beneficios políticos de un desastre natural sin dar la impresión de explotar el sufrimiento real.

Seguidores de su rival, Donald Trump, no han perdido la oportunidad de repudiar la medida publicitaria de Hillary con el ánimo de golpearla electoralmente.

He ahí, otra legítima —y hasta increíble— pelea por la democracia que exhibe sus ojos cada vez más amoratados.

Curiosamente, el archipiélago no tuvo que lamentar víctimas fatales, algo excepcional de cara a lo sucedido en el Caribe.