Por Guadalupe Yaujar Díaz
El paso del huracán Matthew por el nororiental municipio de Baracoa, en Guantánamo, dejó daños considerables en la vegetación y los suelos montañosos del Parque Nacional Alejandro de Humbolt, que comparte esa provincia con la de Holguín.
Un grupo de investigadores de la Agencia de Medio Ambiente y de otras instituciones cubanas constató en un recorrido por la zona los perjuicios ocasionados por el ciclón en un vasto territorio del lugar.
Gerardo Begué Quiala, subdirector de la Unidad de Servicios Ambientales de Guantánamo, expresó: El hábitat de muchas especies ya no existe o se ha dañado, los vientos huracanados arrastraron -con los nidos- las crías pequeñas, se llevaron todo a su paso, las afectaciones medioambientales son significativas. No hay nada verde en toda la zona, los árboles, las palmas, toda la vegetación está dañada y se puede sentir el calor debido a las altas temperaturas, pasará mucho tiempo para que esta región se recupere de tanta destrucción.
Se trata de la misma área donde en octubre de 2015 investigadores cubanos y estadounidenses que participaron en una expedición conjunta al parque anunciaron el hallazgo de evidencias científicas que aportaron nuevos elementos sobre la rica biodiversidad de la Isla y el Caribe.
Los especialistas localizaron entonces más de 10 especies de anfibios e igual número de reptiles. En este último es significativo el reporte de un nuevo hábitat del anolis toldo, especie endémica de esa región.
El Anolis es un género de lagarto nativo del Caribe, de Centro y Sudamérica. En el caso del toldo, se había ubicado sólo en la zona del parque, conocida como El Toldo (de ahí el nombre de la especie); sin embargo, se detectó su presencia en Cupeyal del Norte, en Moa, provincia de Holguín.
Durante el proceso, se validó la existencia del anolis alayoni, especie también endémica de la región, la cual no se había reportado.
En las aves, fueron identificadas por colecta directa, avistamiento y escucha cerca de 44 especies, incluidas 18 endémicas y cinco en peligro de extinción, entre las que se encontraron el ave más pequeña del mundo, -conocida como zunzuncito - y el gavilán colilargo (Accipiter gundlachii).
También se detectaron varias especies migratorias que, durante el invierno, viajan desde Canadá y Estados Unidos hasta el Caribe insular, explicaron los expedicionarios.
En el trabajo de campo se recolectó una considerable colección de material genético, que se conservará gracias al uso de novedosas técnicas de congelación y que pasará a ser parte del inventario científico de los Museos de Historia Natural de Cuba y Nueva York, informó Natalia Alejandra Ross, miembro del equipo de investigadores estadounidenses.
El Parque Alejandro de Humbolt, una superficie de 70 mil 680 hectáreas (706,8 km²) formado geológicamente por rocas ígneas básicas y ultrabásicas emergidas como mínimo desde hace más de 40 millones de años, constituye de los más viejos macizos evolutivos del Caribe. Ocupa parte de las provincias de Holguín y Guantánamo; limita al norte con el Oceáno Atlántico, al este con el río Nibujón y la cresta del parteaguas izquierdo del Nibujón, al sur con el río Jiguaní, y por el oeste con el Cupey y los límites de los charrascales de Yamanigüey en el archipiélago cubano.
Constituye uno de los ecosistemas montañosos de mayor riqueza y uno de los sitios más importantes para la conservación de la flora endémica en todo el hemisferio occidental, con casi 70% de las mil 302 especies de espermatofitas (de un estimado total de mil 800 a dos mil) son endémicas del Parque, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad en 2001 por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Tal condición se asumió científicamente como Refugio del Pleistoceno, así como su tamaño, el alcance y la complejidad y la biodiversidad de las formas de la tierra y el tipo de suelos incomparables en el Caribe insular.
Alberga algunos de los hábitats naturales más importantes para la conservación de labiodiversidad terrestre y de agua dulce en Cuba y es de importancia mundial, como uno de los más biológicamente diversos ecosistemas tropicales en una isla de ajuste en cualquier lugar de la Tierra.
El endemismo vegetal identificado en áreas representativas de este macizo (centros clásicos de endemismo de la región, como el Toldo, Alto de Iberia, Cupeyal del Norte) alcanza de 70 a 80%, lo que constituye el mayor porcentaje de la región y uno de los mayores del orbe.
Verdaderas joyas de la botánica concentra el 2% de las especies de flora de
la Tierra, 905 endémicos, casi el 30% de los reportados para Cuba, 343 son exclusivos de la región, y el territorio posee la mayor diversidad vegetal del archipiélago cubano y el Caribe insular.
Sus bosques albergan especies endémicas, residentes y migratorias de aves y otras amenazadas de extinción. Por ejemplo, entre las de vertebrados se encuentran el carpintero real y el gavilán caguarero. Además habita una colonia de Manatíes.
De la fauna de invertebrados, se citan las especies de moluscos polimyta picta, Xenopoma hexidersoni, Coridapurpuragula y los escorpiones Centruroides anchorellus y Rhopalurusjunceus, ambos de importancia conservatoria y biomédica.
En los bosques del área existen numerosas especies nuevas para la ciencia de arácnidos, crustáceos e insectos. Las aguas albergan nueve especies de camarones dulceacuícolas (47% especies cubanas) y un número indeterminado de otros invertebrados.
La mirmecofauna (hormigas) tiene un endemismo aproximado del 50%, muy alto para este grupo de insectos.
Entre los atributos que le concedió la naturaleza al parque, se encuentra el albergar los más viejos macizos evolutivos del Caribe y núcleo principal de la Reserva de Biosfera Cuchillas del Toa, la mayor y más valiosa de las seis existentes en Cuba.
De mucho interés resulta la cercanía del Parque con la comunidad Caridad de los Indios, última población cubana descendiente directa de los aborígenes taínos (agroalfarera tardía), extinguidos por la colonización española.
Esta población se mantuvo gracias al aislamiento de la zona y al bajo nivel de asimilación antrópica a través de la historia en los últimos 400 años, lo cual ha redundado también en que la región en que está enclavada sea la mayor zona conservada de Cuba.
En los últimos cinco años, se realizó una investigación que estudió la diversidad biológica de las áreas del parque, lo cual permitió aplicar acciones de manejo y conservación con los grupos faunísticos amenazados de extinción, la educación ambiental de las comunidades, estudio poblacional de algunas especies y la creación de pequeñas parcelas de cultivos agrícolas, a fin de garantizar alimentos a la fauna silvestre, entre otras acciones.
El Parque, azotado por varios eventos meteorológicos, ha sufrido daños de envergadura en su flora y fauna, carreteras y viviendas, en especial en septiembre de 2004, tras el paso del huracán Iván, que obligó a implementar un plan de recuperación en todo su territorio, en interés de rehabilitar las zonas afectadas y la conservación de la flora y la fauna, y programas de reforestación, entre otros requerimientos.
De ahí que en 2011 se le otorgara el Premio Nacional de Conservación por la sistemática atención y el cuidado científico sobre el vasto territorio.
Ahora, tras el devastador Matthew, podemos imaginarnos cuán grande es el reto que tienen que asumir las autoridades del parque, instituciones afines y el Estado cubano, a fin de rehabilitar nuevamente este Patrimonio Natural de la Humanidad.
Tomado de Fuentes:
https://www.ecured.cu/index.php?title=Parque_Nacional_Alejandro_de_Humboldt&oldid=2623839ȼ
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