Nos cuida bien nuestro doctorcito

Edited by María Candela
2019-07-24 16:58:33

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Por: Susana del Calvo

La vida está llena de momentos sublimes que en ocasiones no tenemos en cuenta en toda su dimensión y repercusión, de ahí que nunca pueda olvidar los preparativos para adaptar una instalación para lo que sería la Escuela Latinoamericana de Medicina, la ELAM, que ya tiene 20 años de fundada. Aquello era un hormiguero y la palabra descanso se borró del diccionario, pero se logró para recibir el primer grupo de estudiantes que vino de Guatemala.

Hoy por hoy ya tiene alrededor de 20 mil graduados de diferentes regiones del Mundo, en general con un desempeño profesional reconocido por el pueblo y las autoridades sanitarias, algunos incluso desempeñan altas funciones en sus respectivos países, hasta llegar a Ministros de Salud Pública.

Nuevos graduados de la ELAM


No puedo olvidar el día que el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, inauguró esa instalación que como una cascada se extendería por el país. Cuando llegan a Cuba hacen los dos primeros estudios en la ELAM, luego continúan en una de las más de 20 facultades de medicina ubicadas en todas las provincias.

Con ellos he conversado en La Habana, Santiago de Cuba, Santa Clara y otros lugares, siempre se destacan por su disciplina y dedicación a los estudios. En esta XV graduación de la ELAM, obtuvieron sus títulos 462 estudiantes de 84 países. Un enjambre maravilloso, hablaban en disímiles lenguas y dialectos, muchos acompañados de sus familiares que no podían faltar al momento más importante en la vida de un ser querido.

El cuerpo diplomático acreditado en nuestro país estaba presente casi en pleno, pero yo quería conversar con profesionales que ya tenían varios años de graduados para que me contaran de su quehacer. Lo que reinaba en todos era la presencia de Fidel y Carrizo, este último fue el primer rector de la ELAM, un hombre sencillo, un científico incansable, un ser humano increíble que dió lo mejor de si a este proyecto en vida.

En Radio Habana teníamos un programa especial los fines de semana, donde dábamos las vivencias de los estudiantes y algunos los traíamos a la emisora para que conversaran telefónicamente con sus familiares, grabaciones muy emotivas ya que para todos era un sueño hecho realidad, jamás pensaron que podían llegar a ser médicos, la economía no daba para eso, pero todo es posible cuando se aúnan voluntades y surge en primer lugar la cooperación sur-sur, algo inesperado para los que piensan sólo con su bolsillo.

Visité a muchos en sus países y los encuentros casi siempre me arrancaban las lágrimas cuando la población venía a decirme que no dejara de decirles a Fidel: "...gracias Cuba, nos cuida bien nuestro doctorcito."

 



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