Reaccionar con serenidad y tranquilizar a cuantos se encuentren a su lado, constituyen algunas de las conductas a asumir ante la ocurrencia de un terremoto, de acuerdo con indicaciones del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas, -Cenais-, de Cuba.

En su sitio web advierte, además, que de hallarse bajo techo, es necesaria la protección debajo de una mesa, escritorio o cama resistente; y en caso de no existir muebles en el local, ubicarse debajo de una viga, al lado de una columna o en una esquina de la edificación en posición fetal.

De acuerdo con las estadísticas del Cenais, entre los años 1551 y 1992, se reportaron 28 de esos fenómenos en Cuba.

El mayor de ellos, con magnitud de 7.6 grados en la escala de Ritcher, registrado en la provincia de Santiago de Cuba, el 12 de junio de 1766.

Por eso, la importancia de cumplir cada medida para evitar pérdidas humanas, entre las cuales también sobresalen retirarse de las ventanas, espejos y puertas de vidrio; salir del agua si se está en una playa, retirarse de la orilla y situarse en un lugar elevado, a una distancia de al menos 300 metros debido a las posibles marejadas.

Luego del sismo, insiste en desalojar con prontitud y en orden a las personas de las escuelas, casas o centros de trabajo; no utilizar los ascensores ni caminar descalzos; colaborar en el rescate de heridos; y estar preparados en caso de réplicas.

La investigación Peligrosidad sísmica para Cuba, de varios autores del Cenais, indica que el país está ubicado al norte del borde sur de la placa Norteamericana; y la parte sur bordea la placa del Caribe.

Refiere, asimismo, que aunque nuestro país se caracteriza por una actividad sísmica de baja a moderada, su porción sur está fuertemente influenciada por la falla Oriente, que delinea una depresión profunda.

Hoy fue perceptible en Cuba un evento de ese tipo, de 7. 1 grados, a las 14:10 horas de la tarde. (Tomado de ACN).