Doctores en Medicina, un reencuentro 50 años después

Edited by Lorena Viñas Rodríguez
2020-02-22 17:39:34

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Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas Victoria de Girón. Foto: ACN.

Por: Guadalupe Yaujar Díaz

La Habana, 22 feb (RHC) “¿Y tú quién eres?” fue quizás la frase más empleada el viernes último en La Habana por los médicos que celebraron el aniversario 50 de la graduación del curso académico de 1969, hasta entonces la mayor de la historia de Cuba.

Y es lógico que así sucediera: el tiempo transcurrido les cambió con creces el color y la frondosidad del cabello, las columnas vertebrales ya no estaban tan rectas, y la piel algo arrugada completaba un conjunto que hacía difícil el reconocimiento entre colegas, a medio siglo de distancia.

Pero los abrazos y las emociones vividas en el reencuentro borraron cualquier ritmo cardíaco acelerado, y las lágrimas devinieran sonrisas.

Han pasado 50 años desde que los más de 900 graduados dejaran las aulas del Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas Victoria de Girón y los hospitales, integrándose a la asistencia de salud y a los nacientes centros de investigación científica.

A ellos, cuyo curso se inició días previos a la Crisis de Octubre de 1962, en un contexto sanitario signado por el éxodo masivo de galenos y profesores de Medicina, correspondió la responsabilidad y el honor de vincularse al estudio, en tanto un numeroso grupo apoyó la docencia, desempeñándose como Alumnos Ayudantes.

Con el decursar del tiempo, muchos de aquellos jóvenes integraron el cuerpo docente de las facultades de Medicina y alcanzaron grados científicos superiores.

A ese empeño se sumaron Israel Borrajero, presidente de la Sociedad Cubana de Patología, y Gerardo de la Llera, entre otros profesores que se quedaron en Cuba para impartir sus conocimientos.

El curso del 69, como se autodenominaron desde entonces, marcó sus vidas, indiscutiblemente, por la revolución triunfante de 1959, liderada por Fidel Castro.

Se hacía realidad entonces la oportunidad, para todos, de realizar sus sueños de estudiar medicina y servir a la sociedad mediante un sistema sanitario que se puso al alcance de la población, de manera gratuita.

La inmensa mayoría de los estudiantes procedían de familias de modestos recursos económicos, que no hubieran tenido acceso a las aulas universitarias antes del triunfo revolucionario.

Esta promoción contribuyó a multiplicar los servicios de salud en las zonas rurales y las provincias más necesitadas; inició los programas de salud más importantes de la época en Cuba; nutrió los centros científicos -con los mejores expedientes- y supo también cumplir misiones internacionalistas en diversas regiones del orbe.

Desde entonces, la Revolución ha graduado alrededor de 100 mil médicos cubanos y de más de 100 naciones, y posee centros científicos de vanguardia, con productos y tecnologías que compiten en el mundo industrializado.

Para estos galenos, que un día apostaron por ver el futuro luminoso de la patria, no habrá jamás espejuelos oscuros; en ellos se enraizó, desde los primeros días hace 50 años, la vocación del servicio al pueblo.



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