Por Pedro Martínez Pírez
Este quince de marzo, cuando los cubanos evocamos la histórica Protesta de Baraguá, siempre recuerdo el panegírico del General Antonio Maceo pronunciado por Armando Hart Dávalos el 7 de diciembre de 1962, fecha en que yo cumplía una misión diplomática en Chile.
Armando Hart, fallecido el 26 de noviembre de 2017, un año y un día después de la partida de Fidel Castro, era entonces además del Ministro de Educación el Organizador del Partido Comunista de Cuba, y en el homenaje a Antonio Maceo, protagonista principal de La Protesta de Baraguá, subrayó que el 15 de marzo de 1878, al rechazar de los colonialistas españoles una paz sin independencia ni abolición de la esclavitud, la acción del también llamado Titán de Bronce, enseñaba a los cubanos el valor de la intransigencia revolucionaria.
Con la Protesta de Baraguá Antonio Maceo reafirmó los valores permanentes de la lucha secular del pueblo cubano por su liberación, la defensa intransigente de la soberanía nacional, el antiimperialismo radical legado por José Martí, la audacia revolucionaria y la capacidad de sus dirigentes a lo largo de la historia para fijar los objetivos y sostener los principios sin hacer concesiones.
“Tengo ahora ante mis ojos La Protesta de Baraguá, que es de lo más glorioso de nuestra historia”, expresó el Apóstol José Martí al referirse al histórico acontecimiento protagonizado por el Mayor General Antonio Maceo Grajales, el 15 de marzo de 1878, cuando en entrevista con el General español, Arsenio Martínez Campos, máxima autoridad colonial en Cuba, puso en alto la dignidad y el patriotismo de los cubanos al rechazar el ignominioso Pacto del Zanjón, rubricado el 10 de febrero de ese año.
No podía aceptar el Titán de Bronce que una gesta iniciada diez años antes por el Padre de la Patria cubana, Carlos Manuel de Céspedes, terminara en una paz sin independencia ni abolición de la esclavitud en Cuba.
La postura de Antonio Maceo en el sitio conocido como Mangos de Baraguá, perteneciente a la actual provincia de Santiago de Cuba, ha marcado la conducta de los dirigentes de la Revolución Cubana , y todo nuestro pueblo recuerda la carta de despedida de Ernesto Guevara, cuando refiriéndose a la Crisis de Octubre de 1962 le dice al Comandante Fidel Castro: “sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo en los días luminosos y tristes de la Crisis del Caribe. Pocas veces brilló más alto un estadista que en esos días”.
Vigente están el pensamiento de Maceo, Martí, Fidel y el Ché, en este pequeño archipiélago antillano, que ha resistido el bloqueo y las agresiones de la primera potencia imperialista del mundo, y a lo largo de más de seis décadas mantiene con firmeza sus principios.
El “no nos entendemos” de Antonio Maceo en Mangos de Baraguá resuena en toda Cuba y más allá este quince de marzo.
