Plan de la CIA en Girón contenía el asesinato de Fidel. Imagen: diario Granma
por Andrés Zaldívar Diéguez
En ocasiones, en la prensa u otros textos referidos a la invasión por Bahía de Cochinos en 1961, erróneamente se mencionan cuatro direcciones de actividad del Gobierno de Estados Unidos para la destrucción de la Revolución. Ello se basa en que el plan de la CIA que condujo a la invasión, titulado Un programa de acción encubierta contra el régimen de Castro, aprobado por el presidente Dwight D. Eisenhower, el 17 de marzo de 1960, y desclasificado totalmente en 1996, contenía aquella cantidad de acciones.
Podemos probar que el plan incluía, como una quinta dirección, el asesinato del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, lo que se pretendió guardar tan secretamente que hasta en la letra del plan fue suprimido, aunque denodadamente intentó cumplirse.
LAS DIRECCIONES QUE APARECEN EN EL PROGRAMA
Primero fue la creación de un «frente político», opuesto a la Revolución, y por ello establecido en el exterior del país, para esconder el protagonismo estadounidense y hacer creer que las acciones que se desencadenarían eran «un asunto entre cubanos».
Desde el segundo semestre de 1959, la CIA se propuso la creación en Cuba de una oposición organizada contra la Revolución. Identificó a elementos del antiguo Partido Auténtico (Antonio «Tony» Varona Loredo, Aureliano Sánchez Arango, Justo Carrillo Hernández); de sectores eclesiásticos (José Ignacio Rasco), o que pudiera presentarse, aunque fuese falso, como representante del Ejército Rebelde (Manuel Artime Buesa), a quienes indicó crear las organizaciones contrarrevolucionarias que representarían en el exterior, y tras ello marchasen al exilio.
Esas personas, y otras que se fueron añadiendo, el 11 de mayo de 1960 crearon en territorio estadounidense un denominado Frente Revolucionario Democrático (FRD), cuyos integrantes aparecían como la cabeza visible de la oposición en Cuba. Surgió así el embrión de la mafia terrorista de Miami.
El FRD se convirtió, el 20 de marzo de 1961, en el Consejo Revolucionario Cubano (CRC). En momentos de la invasión, sus integrantes estaban confinados en el aeródromo militar de Opa-Locka, escuchando, por Radio Swan, los reportes militares supuestamente emitidos por ellos mismos, a la espera de poder ser trasladados a una cabeza de playa en Bahía de Cochinos, donde debían llamar a la intervención militar extranjera, con el manto de la OEA.
Otra de las direcciones fue la creación de una red interna de Inteligencia y acción terrorista, de la que fueron núcleo original las organizaciones contrarrevolucionarias creadas por los mismos elementos, a las que con rapidez se unieron otras. Fue responsable de asesinatos de campesinos y jóvenes alfabetizadores. La dirección de esa red operaba desde la Embajada estadounidense en La Habana.
La otra línea era la ofensiva propagandística, hechura de la CIA que se debía hacer creer provenía del «frente político». La propaganda radial tuvo preeminencia (en particular Radio Swan, con transmisiones desde las islas de ese nombre en el Golfo de Honduras), aunque también hubo publicaciones de periódicos y revistas, volantes, materiales audiovisuales, campañas de rumores, como la supuesta proscripción de la patria potestad, como parte de la denominada Operación Peter Pan.
La cuarta dirección era el entrenamiento de una fuerza contrarrevolucionaria en el exterior, lo que se realizó, en lo fundamental, en Retalhuleu, en Guatemala. El reclutamiento de componentes para ella, en Miami y en la propia Cuba, se inició desde abril y mayo de 1960. El plan pretendía que, luego de prepararse en guerra irregular, aquellas fuerzas se infiltrasen en Cuba y dirigiesen, como paramilitares, las fuerzas insurgentes ya existentes en las montañas. El propósito era avanzar hasta la toma de la capital.
La idílica pretensión de copiar lo realizado por el Ejército Rebelde, en el enfrentamiento a la dictadura batistiana, desapareció fugazmente. Milicias de obreros y de campesinos, en el tercer trimestre de 1960, dejaron fuera de beligerancia a las bandas de alzados en la zona montañosa del centro del país.
Se hizo necesario variar el plan concebido. Desde inicios de noviembre de 1960, los que supuestamente dirigirían fuerzas irregulares, comenzaron a recibir entrenamiento militar clásico y se convirtieron en la Brigada 2506, vencida en solo 66 horas en Girón.
PLANES DE ASESINATO DE FIDEL CASTRO
Muchos de quienes han escrito sobre ese asunto, entre ellos el escritor y periodista estadounidense Peter H. Wyden, autor de una de las obras más completas sobre el tema, Bahía de Cochinos. La historia no contada, de 1979, a pesar de abordar los intentos de asesinato no podían apreciar los planes de asesinato del Jefe de la Revolución, al no conocer el Programa por no haber sido, en aquellos momentos, aún desclasificado.
El documento del jefe de la División del Hemisferio Occidental de la CIA, conocido como Memorándum King, del 11 de diciembre de 1960, con referencia al Programa contra Cuba, es clave para comprobar la existencia de esa quinta dirección. Al remitirse a los niveles superiores de la Agencia, plantea que esa es la solución del problema, lo cual valida que las acciones encaminadas a la desaparición de Fidel Castro eran originalmente parte integrante del Programa de acción encubierta de la CIA. Allí se expresaba que «muchas personas bien informadas consideran que la desaparición de Fidel aceleraría grandemente la caída del gobierno actual».
Las direcciones de la actividad de la CIA contra Cuba no cesaron después del fracaso en Girón, han sido sistemáticamente fortalecidas y ampliadas hasta las aberrantes manifestaciones actuales.(Tomado del diario Granma)